Al menos 62 personas han muerto en el incendio declarado este sábado en el término municipal de Pedrógão Grande, en el centro de Portugal, en el cual han resultado heridas hasta 135 personas, entre ellas, algunos bomberos. El fuego aún está activo. 

El primer ministro del país, Antonio Costa, ha declarado que "desafortunadamente es una de las peores tragedias de los últimos años", un incendio en el que muchas áreas todavía no han podido ser atendidas por las autoridades y, por lo tanto, el balance de víctimas podría subir.

El secretario de Estado de Administración Interna del Gobierno, Jorge Gomes, ha explicado que 47 de las víctimas han sido encontradas en el interior de sus coches, en la carretera nacional 236. Las restantes han sido encontradas en otros lugares.

Además de las víctimas mortales y los heridos, hay dos personas desaparecidas y el fuego ha destruido algunas viviendas de la zona, a la que se ha desplazado esta noche el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y el primer ministro. Las llamas se propagaron de forma "que no tiene explicación", según Gomes, que destacó las dificultades para acceder a las áreas afectadas.

Despliegue masivo de bomberos

Un total de 700 bomberos luchan contra las llamas que en estos momentos queman el centro de Portugal todavía de forma descontrolada. Hasta seis bomberos habrían resultado heridos graves. El fuego avanza en cuatro frentes diferents y ha obligado a cortar varias carreteras de la localidad de Pedrógão Grande. 

El Estado español, por su parte, ha enviado dos aviones antiincendios. También se espera la llegada de tres aviones franceses. Por su parte, la Unión Europea ha activado el mecanismo comunitario de protección civil para proporcionar ayuda a Portugal. 

Referente a las causas del incendio, los bomberos portugueses han explicado que el fuego empezó por una tormenta seca. De hecho, la policia judicial sospecha que empezó por el impactó de un rayo contra un árbol y descarta que fuera provocado. 

Además, las temperaturas en el país han llegado a los 40 grados en zonas muy boscosas. El alcalde de Pedrógão Grande, Valdemar Alves, ha destacado que la región siempre ha sido propensa a este tipo de accidentes, pero nunca de esta magnitud. El viento también es uno de los factores que está dificultando las tareas de los bomberos.