La ministra israelí de Cultura y Deportes, Miri Regev, ha advertido que el Festival de Eurovisión que tiene que organizar este país se debe celebrar en Jerusalén y, si no, deberá tener lugar fuera de Israel. En principio, Israel es el país anfitrión de la próxima edición del certamen después de que lo ganó el mes de mayo pasado la israelí Netta Barzilai con la canción Toy.

"Recomendaré al Gobierno que, si Eurovisión no se puede celebrar en Jerusalén, no seamos los anfitriones", ha indicado la ministra en una entrevista recogida por el Jerusalem Post. Y ha añadido: "La Unión Europea de Radiodifusión (UER) no puede decidir dónde Israel celebrará Eurovisión".

"El concurso musical europeo cuesta en Israel 50 millones de shekels (unos 12 millones de euros). Está diseñado para hacer publicidad del país. Es un show musical bonito que trae a todos los países aquí. Personalmente, creo que, si no es en Jerusalén, sería un error invertir estos fondos públicos. Jerusalén es la capital del Estado de Israel y no tenemos que avergonzarnos de ello", ha declarado Regev.

Israel tiene como capital Jerusalén, pero los palestinos no lo reconocen y consideran que está ocupada desde 1967. La mayoría de países tienen sus embajadas en Tel Aviv, ya sea porque defienden la posición árabe o porque esperan un acuerdo entre las partes, pero Estados Unidos acaba de decidir trasladar su sede diplomática a Jerusalén.