Las autoridades indonesias han elevado a 259 el número de muertos por el terremoto de magnitud 6,9 que azotó el domingo la isla de Lombok, al que ha seguido este jueves un nuevo sismo de 5,9 de magnitud. El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, ha informado a través de Twitter de que se han registrado 1.033 personas hospitalizadas y ha situado el número de desplazados en 270.168.
Ribuan personil dikerahkan untuk penanganan darurat gempa di NTB dan Bali. 259 orang meninggal dunia, 1.033 orang rawat inap, 270.168 orang mengungsi. Jumlah korban diperkirakan masih bertambah karena belum semua terverifikasi hingga 9/8/2018. pic.twitter.com/ErF1li2dpW
— Sutopo Purwo Nugroho (@Sutopo_PN) 9 d’agost de 2018
Los equipos de búsqueda y rescate siguen este jueves con los trabajos para localizar víctimas o supervivientes bajo los escombros de las miles de casas derruidas cuando un nuevo terremoto de magnitud 5,9 ha vuelto a sacudir la isla y sembrar el pánico entre los vecinos. El nuevo temblor ha afectado a los edificios que ya registraban daños, mientras la gente salía despavorida hacia las calles, según Sutopo. Otros paraban la bicicleta, la moto o el vehículo en medio de la calle y buscaban un lugar en el que sentirse seguros.
El Servicio Geológico de Estados Unidos, que registra la actividad sísmica en todo el mundo, ha situado el hipocentro del terremoto de 5,9 a 10 kilómetros de profundidad en la tierra y a 23 kilómetros al nornoreste de Mataram, capital provincial. Los sismólogos indonesios le han otorgado una magnitud de 6,2 y han ampliado la profundidad a 12 kilómetros.
Lombok, vecina de la turística Bali, ha sufrido más de 350 réplicas desde el terremoto de 6,9 grados que sacudió la región el domingo pasado y que llevó a que miles de turistas extranjeros buscaran una salida de la isla. Un seísmo de 6,4 grados golpeó Lombok el 29 de julio pasado y dejó 16 muertos, 355 heridos y 1.500 edificios dañados.
Indonesia se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7.000 terremotos, la mayoría moderados.