Una versión de primavera para salvar nuestros gallos y gallinas. La cocina catalana tiene platos emblemáticos casi invariables, así como conceptos gastronómicos que adoptan formas y sabores a medida que cambia el paisaje. El Mar y montaña y la Coca de recapte son buenos ejemplos. Como también el Capipota, un plato capaz de seducir incluso a aquellos que detestan comer menudencias. Si no has comido nunca crestas de gallo, que esta versión no te eche atrás. Te chuparás los dedos.

LA GOURMETERIA 4 180 M

Ingredientes para 4 personas

  • 300 g de crestas de gallo
  • 500 g de pata cocida de ternera cortada a dados de 2 cm
  • 200 g de garbanzos cocidos
  • 5 tomates de pera
  • 4 dientes de ajo
  • 1 cebolla de Figueres
  • 60 ml de vino rancio seco
  • 3 hojas de laurel
  • 1 pizca generosa de pimiento dulce
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

Receta paso a paso

  1. Lavar las crestas enérgicamente bajo un chorro abundante de agua fría, aplicando un suave masaje con las manos para eliminar cualquier resto de sangre.

  2. Llenar una olla con dos litros y medio de agua fría, añadir las hojas de laurel, una pizca de sal, las crestas y llevar a ebullición. Cuando rompa a hervir, retirar si fuera necesario la espuma superior. Tapar y dejar cocer durante 1 hora hasta que las crestas estén suaves. Colar las crestas y reservar el caldo sobrante.

  3. Calentar una cazuela con un chorro generoso de aceite. Cuando esté al rojo vivo, verter la cebolla picada y los ajos laminados. Sofreír durante 20 minutos a fuego suave.

  4. Rallar el tomate y añadirlo a la cazuela. Dejar cocer hasta que empiece a pegarse, unos 20 minutos más. Seguidamente, añadir el pimentón dulce y desglasar con el vino rancio.

  5. Agregar las crestas y la pata cocida de ternera a la cazuela, previamente limpia, y cubrir con el caldo de las crestas reservado (aproximadamente unos 300 ml. Si faltara caldo, complementar con agua). Corregir de sal y dejar que cueza muy suavemente durante 30 minutos.

  6. Añadir los garbanzos, remover y apagar el fuego.

Consejo

Si quieres disfrutar al máximo de este plato, déjalo descansar dentro de la nevera hasta el día siguiente. Y, al momento de servirlo, lo calientas lentamente.