El exconseller de Economía, Andreu Mas-Colell, ha advertido que la Generalitat queda anulada ante el control del Estado mientras no forme gobierno y presupuestos. Lo ha advertido durante la presentación del libro Turbulencias y tribulaciones. Los años de los recortes, una recopilación de como desde la Generalitat se afrontó la crisis económica, principalmente entre los años 2011 y 2015.

Los tres autores del libro, el exconseller junto con el exsecretario de Economía, Albert Carreras, y el director general de Promoción Económica, Ivan Planas, han aprovechado para valorar también la situación actual. Preguntado por el símil que se podría hacer entre el control del Estado a la Generalitat durante la crisis y la actual intervención para el 155, el exconseller ha asegurado que "el control diario es ahora más pronunciado que hace dos años, pero marca la misma tendencia".

De todos modos, Mas-Colell ha querido destacar que "lo más crucial es que ahora no hay un Gobierno que pueda hacer un presupuesto y así no hay posibilidad de enfrentarse a estos controles del Estado, y sin presupuesto vaso a ciegas". Por su parte, Carreras ha destacado, como hecho diferencial, que ahora tiene mucha más importancia la regla del gasto, y que lo que era un problema entonces "era cumplir con los objetivos de déficit", cosa que actualmente no pasa.

Abandonados por el Estado

Durante la presentación del libro, los tres economistas aseguran que los años de la crisis "fueron unos años muy difíciles", y se centran especialmente en el periodo 2011-2015, dos legislaturas que, bajo los gobiernos de Artur Mas, el auge del soberanismo y la "poca ayuda" del gobierno español eran el punto de mira.

Los autores aseguran que, como gobierno, "nos encontramos muy solos ante un Estado que sólo nos apretaba", como con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) o la reducción del margen de déficit. "Cada movimiento que hacíamos era como jugar una partida de póquer con el gobierno central", nunca sabíamos si lo estábamos jugando bien.

El FLA y los recortes

"Ningún país se puede permitir que una comunidad autónoma vaya a la quiebra", explica el exconseller, "y es por eso que España montó el FLA", pero se escogió un procedimiento que convertía la gestión de tesorería en una jaula y que "no se puede considerar ninguna concesión hacia Catalunya, como sí que lo hubiera sido avanzar hacia el pacto fiscal".

Al mismo tiempo, el exconseller ha reconocido que uno de los momentos "emocionalmente" más difíciles de su mandato fue la decisión de suprimir una paga extra de los trabajadores públicos: "No es algo que alguien le satisfaga en absoluto". Mas-Colell también se ha referido a una de las decisiones polémicas de su mandato, la rebaja del impuesto de sucesiones y donaciones, y ha admitido que el equipo de Economía "no era entusiasta de la decisión de reducir impuestos, pero era una promesa electoral y había que dar credibilidad".

Los economistas han acabado con la sentencia que "la recuperación de Catalunya está siendo mucho buena y podemos estar satisfechos que hay cosas que funcionaban antes de la crisis y que hemos conseguido mantener o incluso mejorar".