El entrenador del Espanyol, Quique Sánchez Flores, ha asegurado en la sesión previa al partido de este sábado contra el Éibar en Ipurua (13:00 horas) que en cada partido compiten contra su "propia ambición". Quique ha señalado que todos los rivales son "directos" para conseguir los objetivos a final de temporada y que el equipo lucha contra él mismo.

El técnico ha destacado la complejidad de enfrentarse al Éibar en un campo tan particular como Ipurua. "Tienen un juego muy claro y diáfano, no necesitan muchos sistemas para hacer su fútbol. Centrar y poner la pelota rápido al área. Su juego se lee, pero aun así es difícil defenderlo", ha analizado.

Ipurua, además, plantea un reto añadido. "Los espacios son menores y no hay demasiado tiempo para pensar. No es fácil imponerse", ha advertido un Quique que ha hecho referencia a la "atención" para ganar los balones divididos e imponerse en el juego físico, donde el Éibar ya ha demostrado que está plenamente adaptado.

Con respecto al partido de ida, en el cual el Espanyol remontó un 0-3 al descanso, el técnico ha confesado que supuso un punto de inflexión: "Fue extraño, pero midió nuestra rebeldía en un periodo de crecimiento. De aquel choque salimos con la sensación que podíamos creer en lo que hacíamos".

Por otra parte, el técnico blanquiazul ha valorado el retorno de Víctor Sánchez después de dos meses lesionado: "No lo veo para 90 minutos, no está todavía a este ritmo, pero igualmente es una gran noticia que esté de vuelta". El objetivo, ha dicho, es recuperar todos los tocados después del parón de la Liga por compromisos internacionales.

Quique, preguntado sobre la ausencia de jugadores del Espanyol en la convocatoria de la selección, no ha querido mojarse: "Siempre pensamos que en nuestros grupos alguien merece jugar, sobre todo cuando el equipo va bien. Pero yo tengo la perspectiva de mi plantilla y el seleccionador tiene la de todos los otros".