El director deportivo del Girona, Quique Cárcel, ha analizado este jueves la situación de su club después del descenso a Segunda certificado en la última jornada de Liga. Dos días después del despido del técnico Eusebio Sacristán, Cárcel ha hecho autocrítica y se ha declarado "máximo responsable" de la caída a la categoría de plata de los gerundenses.

"Lo que más daño me hace es que creo que lo hemos dejado escapar nosotros. Eso sí que no me lo perdonaré nunca. No habernos salvado es un fracaso absoluto. Y lo asumo. Para mí, el Girona es como un hijo. Yo lo he criado. Y con el descenso noto que se me va", ha dicho. Aun así, el exfutbolista se ha mostrado convencido de que la entidad "puede seguir creciendo" y ha añadido que "si no lo creyera así no continuaría en el cargo".

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Uno de los hechos que más se critica al director deportivo es que no destituyera a Eusebio después de la derrota del Girona en Valladolid (1-0), momento en que el equipo entró en zona de descenso por primera vez en todo el curso. "Todo el mundo me pedía lo que parecía más lógico, pero decidí dejarlo todo como estaba. No mantuve a Eusebio porque sea una buena persona, lo hice porque pensaba que si íbamos todos a una saldríamos adelante. Siempre creí en qué nos salvaríamos. Hacer cualquier otra cosa era una locura", ha argumentado.

Objetivos realistas

Por último, Cárcel también ha hablado sobre los horizontes que se le abren al Girona con el retorno a Segunda. El dirigente rojiblanco ha asegurado que intentarán volver a Primera "tan rápido como sea posible", pero ha pedido humildad y realismo para afrontar este objetivo.

Cárcel, además, ha asumido que en Segunda no podrá retener a sus mejores jugadores. "Seguro que tendrán propuestas de otros equipos. Si fuera por mí se me quedaría con Portu y Cristhian Stuani, pero el futuro lo marcará el mercado", ha sentenciado.