El Eibar ha conseguido un punto histórico contra el Barça después de un empate poco vistoso en Ipurúa (2-2). El doblete de un ambicioso Leo Messi, que gana el Pichichi, ha sido compensado con los goles de Cucurella y De Blasis con la connivencia de Cillessen.

Final descafeinado

El Barça es Messi y más en días en que no están ni Luis Suárez, ni Coutinho ni Dembélé. El argentino es el alma culé desde hace muchos años y contra el Eibar ha vuelto a hacerse evidente. Ya se ha notado a lo largo de la actual temporada que cuando él no ha estado, el Barça ha fracasado. También ha pasado cuando no ha tenido el día, como en Liverpool. Y contra el Eibar suerte que él ha sido el líder sobre el césped de Ipurúa y ha aparecido para conducir al equipo.

Ha sido un partido con nada en juego y mucho a perder. El Barça sólo pensaba en la final de Copa, ya que con la Liga ganada, los tres puntos han sido innecesarios. Y el duelo, con los titulares disponibles para Valverde sobre el césped y Sergi Roberto actuando de extremo derecho, se ha convertido en un banco de pruebas para la final de Copa.

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El Eibar, ya con la duodécima posición asegurada pasara lo que pasara, no se ha convertido en aquel equipo asfixiante que es habitualmente. Pero si el partido ha empezado con poca intensidad y con los equipos sin muchas ganas de cerrar la Liga, poco a poco se ha ido animando.

Primero porque el Eibar se ha querido despedir de su afición con la primera victoria o el primer empate de su historia contra los culés. Y después porque el Barça tiene a Messi, un jugador que tiene otros retos como el del Pichichi o la Bota de Oro.

Pero ha sido Cucurella, el jugador del Barça que está cedido al Eibar, quien ha hecho historia después de marcar el primer gol de los vascos al Barça en Ipurúa. En el minuto 20, cuando el Barça ha demostrado las imprecisiones ya habituales de Busquets o Rakitic, Cucu ha entrado con opciones de disparo dentro del área y ha probado los reflejos de Cillessen. Y el portero holandés, sin reaccionar cuando tocaba, se ha tragado el primer gol de la historia del Eibar en casa contra el Barça.

La bota de Messi

Pero a pesar del gol, el Barça, aunque sin mucho fútbol, se ha encomendado a su capitán. Messi, el único capaz de crear peligro, de recibir de espaldas y de mover al equipo, ha sido quien en dos minutos ha hecho girar el marcador.

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Primero en el minuto 31, recortando al portero rival y marcando a placer desde dentro del área después de una asistencia de Arturo Vidal que perfectamente podría haber firmado Iniesta. Y después en el 32, arrancando desde campo propio y superando al meta Dmitrovic con una fina vaselina.

Dos minutos que han cambiado el signo del partido y que han confirmado a Messi como Pichichi por sexta vez, igualando a Zarra, y también dejando bien encarada la Bota de Oro al mejor goleador europeo.

Historia en Ipurúa

Pero los poco más de 5.000 aficionados presentes en Ipurúa han podido disfrutar de uno de los golazos de esta temporada de su equipo. De Blasis ha hecho un disparo espectacular desde casi treinta metros que ha acabado entrando en la portería de un Cillessen que ha vuelto a fallar y no estaba bien colocado.

De Blasis Enrich Eibar Barca EFE

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Un gol que ha dejado el partido empatado antes de acabar la primera parte, pero que no ha visto muchas alegrías más. Después han pasado 45 minutos de fútbol pausado, sin tomar riesgos y con alguna llegada que ha despertado a la afición vasca. Además, por parte del Barça, también ha debutado el joven Carles Pérez, y han jugado Wagué y Carles Aleñá.

El empate, que sirve para cerrar la Liga 2018/19, ha acabado siendo histórico para el Eibar, que por primera vez en los diez partidos disputados contra el Barça, consigue no perder. El Eibar ha acabado duodécimo en la Liga con 47 puntos y el Barça la acaba primero con 87.