El Espanyol y el Deportivo han empatado a 0 en un partido que ha destacado por la ausencia de ocasiones. Diego López ha parado un penalti a Lucas Pérez para evitar que su equipo cayera en su visita a Riazor y ha permitido que el conjunto blanquiazul sume un punto. El proyecto de Quique Sánchez Flores, en caída libre.

Oportunidad perdida

Después de enfrentarse, las últimas jornadas, contra equipos en buena forma (Sevilla, Leganés, Barça, Celta y Villarreal), el Espanyol llegaba a Riazor para aprovecharse de un rival en horas bajas. La llegada de Clarence Seedorf al banquillo del Deportivo no ha cambiado la dinámica negativa de los gallegos, ni en números ni en fútbol, y el conjunto de la Coruña sigue inmerso en las posiciones de descenso.

El de hoy era un partido idóneo para legitimar el proyecto de Quique y alejarse del descenso, pero el conjunto blanquiazul no ha conseguido hacerlo. Los catalanes se han mostrado sólidos sobre el césped, pero han seguido teniendo los problemas de profundidad en la fase ofensiva y han visto cómo su contrincante les ganaba en corazón y ganas. La necesidad de los locales, seguramente, ha ayudado en este aspecto. La entrada de Piatti en el once titular, en cambio, no ha tenido la trascendencia esperada.

El Deportivo ha tenido la iniciativa desde el primer momento, pero ha pagado, una jornada más, su falta de acierto en los metros finales. Al final, el fútbol se reduce en marcar más goles que tu rival. En este aspecto, no obstante, los pericos tampoco tienen un Máster; Leo Baptistao ha podido adelantar a los suyos, pero su remate desde el segundo palo antes de llegar a la media hora de juego se ha marchado muy desviado. El brasileño sigue enfadado con el gol.

Fútbol rudimentario

A nivel de ocasiones, la primera parte no ha dado más de sí. Fernández Borbalán tendría que haber expulsado a Andone por una entrada muy dura sobre Víctor Sánchez, pero más allá de eso antes de llegar al descanso no ha habido demasiada historia. Riazor era testigo y escenario de un partido en que los dos equipos mostraban empuje pero muchas carencias a la hora de crear de peligro.

Pelotas colgadas y poco más. Los minutos pasaban y Rubén y Diego López no estaban teniendo nada de trabajo. La sensación era, como en los dos últimos compromisos del Espanyol (en Balaídos y contra el Villarreal), que una jugada puntual era la única probabilidad para deshacer el empate a nada. Y así ha sido, pero hoy contra la portería blanquiazul.

Diego López lo vuelve a hacer

Diego López, no obstante, ha evitado que el penalti, tan claro como innecesario, de Granero se tradujera en gol del Deportivo. Lucas Perez ha disparado bien desde los once metros, pero el portero gallego se ha estirado con toda la intención del mundo para realizar una parada salvadora. Todavía quedaban más de veinte minutos para el final, pero un tanto en ese momento hubiera sido un golpe psicológico difícil de levantar.

Como hace unas semanas contra el Barça, su buena intervención ha valido un punto. Hoy, además, ha contado con la ayuda de su travesaño, que ha evitado que un remate de Andone moviera el marcador en los últimos diez minutos. Los locales no han podido hacer valer su superioridad; esta no está siendo la temporada del Deportivo.

Séptima jornada consecutiva sin conocer la victoria del Espanyol. Lo peor, sin embargo, es que una jornada más, los de Quique han sido inferiores a su rival, y eso que hoy no se trataba de un equipo en buena forma sino de uno de los peores de la Liga Santander. Con el empate, los pericos no consiguen librarse ni de la zona de descenso ni de la crisis de fútbol en que se encuentran.