El Real Madrid ha vuelto a la efectividad clásica de la Champions, a jugar a su fútbol habitual en Europa y a derrotar a sus rivales como siempre. El Bayern de Munich ha puesto caro el precio de la ida, pero los goles de Marcelo y Asensio dejan a los blancos muy cerca de estar en Kiev el próximo 26 de mayo.

Los bávaros han perdonado, y mucho, y han acabado por ver cómo los madrileños les remontaban un partido que tenían muy de cara con el gol inicial de Kimmich. Quedan noventa minutos, como mínimo, en el Santaiago Bernabéu y todo puede pasar. El Bayern ha demostrado que puede levantar la situación y dejar fuera al Madrid, pero tendrán que estar más acertados.

El perdón del Bayern

La primera batalla vivida en Munich ha empezado con las intenciones muy claras. Los bávaros, siempre buscando la potencia física, han sabido sacarle mucho rendimiento a la alta presión para empezar a poner el miedo al cuerpo al Madrid. Los blancos han sufrido y se les ha visto dubitativos.

Poco a poco el Bayern iba rascando y el Madrid se iba asustando. La presión del Allianz Arena también ha estado a la altura del partido. Pero al Madrid no se le puede dar nunca por muerto y los blancos han sabido reaccionar.

Cuando el Bayern ha tenido el balón, el Madrid ha sufrido. Y después de un cuarto de hora de imprecisiones de los de Zinedine Zidane, ha llegado la pausa de Kroos y Modric. Los tocadores del Madrid han empezado a tener la posesión y el partido ha cambiado por completo.

Pero cuando más daño hacían a los madrileños, ha llegado el golpe de efecto de los bávaros. Kimmich ataca por la banda derecha, todo el carril atacante es suyo, llega dentro del área y en vez de hacer el centro, prueba el disparo. Keylor Navas no se espera el movimiento del lateral alemán y el Bayern se adelanta en el minuto 28.

A punto de llegar a la media hora del partido y los alemanes empiezan dominando. Y de nuevo cambio de la posesión. Paso adelante de los locales y el Madrid vuelve a sufrir. Mientras el Bayern cae en desgracia: lesión de Robben y lesión de Boateng. Dos cambios obligados. Y a todo eso la mala suerte para los locales llega después de perdonar el segundo en varias ocasiones y justo antes del descanso con un cañonazo de Marcelo que se cuela en la portería defendida por Ulreich. La guerra para llegar a la final empieza nivelada.

Asensio vuelve a ser decisivo

El partido no ha cambiado demasiado, los dos conjuntos se han puesto en su sitio, pero un detalle ha cambiado el partido. En la media parte ha entrado Asensio por Isco y eso ha sido determinante.

El Bayern ha seguido teniendo la pelota, ha cogido el monopolio absoluto de la posesión y el Madrid se ha limitado a hacer aquello que mejor sabe hacer: contraatacar. Y en una de estas ha llegado la confirmación del acierto de Zidane. Entre gol perdonado y gol perdonado de los bávaros, los blancos han cogido un balón en el medio del campo, han hecho un pase largo hacia Lucas Vázquez, y este le ha servido el gol a Asensio. El futbolista mallorquín del Madrid ha definido a la perfección ante Ulreich y se vuelve a reivindicar en un partido grande.

Pero con el gol el guion no ha cambiado. Incluso el Bayern se ha volcado más al ataque. Y nuevamente han seguido perdonando. Los madrileños se han centrado en defender bien, sacar cada pelota colgada a su área y probar suerte en una transición. No ha sido el día de Cristiano Ronaldo, pero igualmente los madrileños han sacado su eficacia habitual en la Champions.

El Madrid saca una grandísima victoria de Munich, esta vez sin polémicas, y pone medio pie en la final de Kiev. En el Santiago Bernabéu se decidirá todo, pero el Bayern es un grande y ha demostrado que puede poner contra las cuerdas a cualquiera. También al vigente campeón de Europa.