Situación surrealista la que se vivió este miércoles en San Siro, donde el Manchester City de Pep Guardiola se enfrentó al Atalanta en la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions League (1-1).

El conjunto inglés empezó ganando gracias a una diana de Raheem Sterling en el minuto 7, pero los italianos consiguieron empatar el partido con un gol de Mario Pasalic cuando se habían disputado 4 minutos del segundo tiempo.

La noticia más importante para el City, sin embargo, tuvo lugar durante el descanso. El portero titular, Ederson Moraes, tuvo que ser sustituido por unas molestias físicas, motivo por el cual el exblaugrana Claudio Bravo entró en el terreno de juego. El portero chileno estaba firmando una actuación correcta cuando, en el minuto 80, atropelló al local Jospi Ilicic fuera del área, de manera que fue expulsado con roja directa.

Con Ederson lesionado y Bravo sancionado, Guardiola tuvo que tomar una decisión inédita: Kyle Walker, defensa del City, se situó en la portería. El inglés se situó bajo palos durante 5 minutos e incluso paró una falta lanzada por Ruslan Malinovski, aunque mostró que, evidentemente, no se encontraba cómodo en esta posición.

Finalmente, sin embargo, final feliz para el City. Los de Manchester no encajaron ninguna diana más y ahora sólo necesitan sumar un punto en las próximas dos jornadas para certificar el acceso a octavos.