Cuando las cosas no van bien lo más fácil es apuntar hacia el más débil. En el Ciutat de València ninguno de los jugadores del Barça ha estado a su nivel habitual, pero los cambios de Ernesto Valverde han transmitido un mensaje claro: los futbolistas del filial no estaban a la altura de la situación.

Sergio Busquets ha quedado retratado en el primer gol del Levante y Murillo -el hombre que venía para ofrecer experiencia- tampoco ha estado bien en el segundo. Aun así, Valverde, conscientemente o no, ha señalado Miranda y Chumi sustituyéndolos por Sergi Roberto y Lenglet respectivamente.

Quién aproveche el duelo contra el Levante para sacar conclusiones sobre lateral y el central del plantel se equivoca. A quién hay que mirar con lupa es a futbolistas como Malcom o Semedo. ¿Si no se reivindican en partidos como estos, cuando lo harán?

Coutinho, regular en la mediocridad

Es cierto que ha marcado un gol de penalti, pero aun así su situación empieza a preocupar, y mucho, al aficionado culé. La trayectoria de Philippe Coutinho en el Barça ha ido de más a menos y esta temporada el jugador brasileño ha desaparecido de los onces de Valverde.

En Valencia, y ante un rival de entidad muy inferior, el ex del Liverpool ha disfrutado de una gran oportunidad por reivindicarse, pero ha vuelto a decepcionar. Perder pelotas es lícito si ejerces como líder del equipo y asumes riesgos, pero esta noche no ha sido el caso.

Exigir rendimiento a Coutinho porque costó 160 millones de euros es incongruente. Él no se puso precio y, de hecho, se mojó más que nadie para jugar en el Camp Nou. Habrá que ver, por ejemplo, si Frenkie de Jong fuerza tanto la máquina.

Más allá de su coste, a Coutinho se le tiene que pedir que marque diferencias porque tiene la capacidad para hacerlo. Los informes que llegaban de Anfield aseguraban que el brasileño era un jugador muy discontinuo, pero lo cierto es que en Can Barça está siendo muy regular, y es que su aportación es insuficiente partido tras partido.