El Barça sonríe con dificultades a pesar de ganar al Sevilla y recuperar el liderato de la Liga Santander (4-2). Los goles no han acabado de llenar a un aficionado culé triste por la lesión de Leo Messi justo después de una matinal exhibición.

El conjunto blaugrana ha hecho vibrar a su público, pero también ha demostrado que sin el mejor tiene problemas. Coutinho y Rakitic han vuelto a marcar, Luis Suárez ha recuperado el olfato goleador y por fin se aprovecha una nueva derrota del Real Madrid. Y de rebote se pone final a la crisis en la Liga.

Con Messi todo es más fácil

El fútbol en el Camp Nou gira en torno a Messi y a los estados anímicos. Y en un partido más se ha vuelto a demostrar. Aunque Arthur sea titular, Coutinho juegue de extremo y Semedo empiece a sentirse cómodo en el lateral derecho, si el argentino está sobre el campo y tiene ganas de fútbol, todo va bien. Cuando no, todo se tuerce.

Y esto mismo ha pasado contra el Sevilla, en un duelo con el liderato en juego. Diecisiete minutos de electricidad, de fantasía y de momentos para disfrutar del fútbol del Barça antes de la depresión. Los blaugrana han empezado muy fuertes, con alegría, y dejando a los andaluces sin ningún tipo de opción.

Primera gran oportunidad del partido y primer gol. Messi dirige el juego desde la frontal, sirve con un pase filtrado hacia Coutinho, ya dentro del área, y el brasileño no falla. Estreno del Barça en el minuto tres del partido, y con más ganas de seguir marcando goles.

Luis Suárez Barça Sevilla EFE

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Y todo ha sido porque el '10' estaba activo y ha hecho vibrar al Camp Nou. Minuto 13 y el argentino vuelve a aparecer en posiciones atacantes. Diagonal ya clásica, nadie lo puede seguir y nadie lo puede parar. Disparo colocado pero potente, que es imposible para el portero Vaclík.

Dos goles en poco más de diez minutos y momentos de gloria blaugrana. Atrás quedaba el mal juego y la inestabilidad de antes del parón de selecciones. Pero del sueño se ha pasado a la pesadilla. La tristeza absoluta.

Messi deja al Camp Nou en shock

Era el minuto 17 del partido cuando Messi ha caído al suelo con claros gestos de dolor. Ha chocado con Franco Vázquez y el Camp Nou ha enmudecido. Silencio. Todos los ojos puestos en el '10' del Barça. El partido se ha enfriado, han entrado las asistencias al terreno de juego y han salido acompañadas de Messi. Se ha acabado el partido del argentino.

Leo Messi lesión Barça EFE

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Entonces ha llegado la gran depresión. Dembélé ha sido el elegido para sustituir al lesionado Messi, pero nada ya ha sido como antes. El Barça ha perdido el protagonismo y se ha hecho pequeño; el Sevilla se ha hecho grande.

Y ha llegado el sufrimiento de los culés, se ha puesto en marcha la resistencia del Barça y el partido se ha roto. Ya no había un dominador claro. El Sevilla ha avisado, pero la defensa Piqué-Lenglet esta vez sí ha funcionado, y Ter Stegen se ha seguido doctorando.

El Barça creaba el peligro a través de la velocidad de Dembélé, la entrega de Coutinho, y amenazaba con el hambre de gol de Suárez. Una falta de equilibrio, sin embargo, que ha continuado con un Barça que se iba enfadando.

Y de la rabia se ha sacado la sentencia. Luis Suárez ha aprovechado a la perfección un contragolpe con mucho espacio para plantarse ante el portero del Sevilla, forzar el penalti y marcar su cuarto gol de la temporada. Entonces, en el minuto 63, el partido ya se ha acabado, pero no los goles. En el último cuarto de hora han hecho mayor el marcador Sarabia y Muriel por parte andaluza, y Rakitic de la banda catalana.

El Barça vuelve a ganar un partido de Liga después de cuatro pinchazos consecutivos, aprovecha para volver a coger las riendas del liderato, sobrepasando al mismo Sevilla (líder en la jornada pasada) y dejando más atrás al Madrid antes del Clásico de la próxima semana en Barcelona. Los blancos visitarán el Camp Nou en plena crisis, contra un Barça reforzado, y a cuatro puntos.