El Barça Lassa cae con estrépito contra el Real Madrid en la Euroliga (74-101). Los blancos conquistan el Palau Blaugrana, se vengan de la final de la Copa del Rey y dejan a los blaugrana, que han acusado mucho las bajas, más cerca de la eliminación con 7 victorias y 16 derrotas en 23 jornadas.

Desconectados del partido

El Clásico llegaba a Europa entre homenajes. El Palau, lleno hasta la bandera, homenajeaba al Barça por su título de Copa, conseguido hace cinco días. Los blaugrana no han tardado en descubrir que el partido no sería el mismo de Gran Canaria. El parcial inicial de 0-9 ponía de relieve unas diferencias que acentuaban las ausencias por lesión de Pierre Oriola, Pau Ribas y Rakim Sanders, tres jugadores clave en el esquema de Svetislav Pesic.

Una canasta de Thomas Heurtel ha detenido la sangría, pero no ha servido para reconducir la tendencia. En siete minutos, el Barça sólo ha sido capaz de sumar 5 puntos, en contraposición a los 21 del Madrid. Jaycee Carroll y Facundo Campazzo hacían y deshacían los ataques de un Madrid muy superior en las dos canastas. Los blancos ampliaban diferencias con una defensa que rozaba la falta. El 13-30 del final del primer cuarto explicaba de manera fiel lo que se veía en la pista. Los rebotes (3-13) condicionaban el inicio de un Barça muy incómodo, incapaz de encadenar ataques con fluidez.

Adrien Moerman era una de las pocas notas positivas en clave blaugrana. El francés, ante la falta de referentes, tenía carta blanca para buscar la canasta desde la línea de triple. Moerman se exprimía hasta pedirle al cambio en un Pesic que intercambiaba 'cincos' de bajos y altos sin encontrar la fórmula para parar a un Madrid absolutamente desencadenado. Pablo Laso veía desde el banquillo cómo su planteamiento no tenía fisuras. Una canasta de dos de Peteri Kopponen ha ayudado a maquillar un resultado que le hacía subir los colores al Barça al descanso: 35-52.

Sin solución

El parón no ha cambiado las tendencias. El partido parecía decidido porque el Barça sumaba, pero el Madriid detenía cualquier rebelión. Los blancos han encadenado tres triples consecutivos para dejar el marcador en uno doloroso 39-64. La victoria parecía una quimera y el objetivo cambiaba: el equipo tenía que evitar el ridículo. Un lanzamiento de media distancia de Felipe Reyes ha situado la máxima diferencia en 27 puntos (53-80). Faltaban poco más de dos minutos para el final de un tercer cuarto que ha acabado 57-83.

Laso ha afrontado los últimos minutos como una guerra particular. Sus gestos desde la banda buscaban que el Madrid no levantara el pie del acelerador. Los blancos han entendido el mensaje y han seguido haciendo grande la herida. El Palau, apagado, ha aceptado con resignación el desenlace. Al Barça no le salía nada y ha muerto viendo cómo el Madrid superaba, por segunda vez consecutiva, la barrera de los 100 puntos: 74-101.