Una victoria que tiene sabor de derrota. El Barça sumó los tres puntos contra el Slavia de Praga en la tercera jornada de la Champions League que le permite ser líder del grupo, pero la sensación de los blaugrana es que son frágiles e irregulares en Europa.
Frágiles e irregulares en Europa
De la misma manera que se consiguió la victoria en la República Checa, se hubiera podido empatar e incluso perder. Pero esta percepción no sólo fue contra el Slavia, también pasó contra el Inter en el Camp Nou y el Borussia Dortmund en la primera jornada.
Los de Ernesto Valverde no han sido capaces de ser superiores en ninguno de los tres partidos y los que se han ganado han sido por detalles individuales de calidad. El colectivo no acaba de carburar, pero la esperanza para los aficionados culés son Frenkie de Jong y Arthur Melo.
El holandés (22 años) y el brasileño (23 años) tienen ADN Barça y con ellos se ha recuperado el juego de toque. Por su parte, Luis Suárez sigue sin marcar un gol a domicilio en la Champions y ya son más de cuatro años. Este miércoles, el uruguayo provocó el segundo gol de la victoria, pero la UEFA le dio a Olayinka el tanto en propia puerta.
Los resultados no pueden engañar
Falta más autocrítica dentro de la plantilla y en esta línea, Ter Stegen, uno de los mejores sobre el terreno de juego, ejerció de capitán al asegurar que "no hemos jugado al nivel que queríamos estar y menos mal que hemos conseguido los tres puntos". "Hay cosas que hay que mejorar. Me gustaría hablar con los que han estado en el campo", añadió.
Ter Stegen ya ha avisado y el Barça tiene tiempo para reaccionar y cambiar la dinámica de juego en Champions y también en la Liga. Los resultados engañan hasta que llegan momentos decisivos como los de Roma y Liverpool.