Este ha sido un año prolífico para Valentí Puig. Ha publicado tres nuevas obras, todas ellas en el editorial Proa: una novela, El bar de l'AVE, un poemario, Vents de la memòria, y un volumen de su dietario, La bellesa del temps, correspondiente a los años 1990-1993. Además, este año ha salido la edición en bolsillo del Diccionari Pla de Literatura (en La Butxaca), también elaborado por Puig, que no se cansa de alabar la figura del escritor ampurdanés. Hoy se ha hecho una presentación conjunta para la prensa de todos estos volúmenes. Valentí Puig ha justificado que se haga este tipo de presentación afirmando que para él es más importante escribir que "hacer de escritor" y que por eso él se fija más en los libros que escribirá que en los libros ya escritos. Ha afirmado que este es el motivo por el que a veces olvida la promoción de los libros ya hechos. Y afirma que ya tiene un libro a punto de acabar: un ensayo sobre Baroja.

Una novela y un poemario

Valentí Puig ha defendido su opción de escribir géneros diversos: "La novela es una corriente de agua y el poema es un coágulo". Ha alegado que hay diferencias sustanciales entre el lenguaje de la novela y el de la poesía. Y ha afirmado que la poesía en algunos casos "viene de una imagen", como la que dedica a una cajera amerindia de un supermercado. Valentí Puig ha asegurado que dejó de escribir novelas durante algún tiempo. "Creía que la novela estaba acabada. No estoy seguro de que tenga el futuro que tenía en el siglo XIX, en tiempos de Dumas, Balzac o Tolstoi. Cada vez hay menos gente que la lee. El público de la narración por la narración hoy en día ve series, que ahora son extraordinarias," ha reflexionado. El intelectual mallorquín afirma queavui en dia queda la alta literatura y la literatura popular, pero no hay ya una literatura media de grandes escritores. Además, "Los libros han desaparecido como elemento de decoración de las casas, ya no están en la cabecera de la cama. Las novelas han desaparecido de la vida de la gente", ha afirmado. Pero a pesar de todo, ha querido dejar claro que él ha vuelto a escribir novelas porque no podía renunciar a ellas, aunque no cree que vuelvan los tiempos de gloria de la narrativa.

Rehacer el pasado muy limitadamente

Con respecto a sus dietarios, Puig ha explicado que ha sido fiel a los originales que tenía de la época, pero que ha hecho retoques: ha sacado "cosas que puedan resultar injuriosas para alguien" y "elementos referentes a mi intimidad". Pero ha apuntado que también ha realizado una tarea estilística: ha retirado repeticiones, ha eliminado fragmentos de poca calidad ("no todo lo que escribes es bueno", afirma) y ha pulido el estilo. Eso sí, ha asegurado que no ha eliminado los errores de pronóstico que hizo en su momento: "Cuando haces una pifia, no la puedes borrar". Por ejemplo, ha dejado tal como estaba su diagnóstico, totalmente erróneo, sobre los problemas entre lady Di y la familia real. Ante los periodistas, el escritor mallorquín ha abordado el pasado con mucha modestia: "¿Quién podía imaginar que los Estados Unidos podían escoger a un candidato como Donald Trump?", se ha cuestionado. Puig, mirando hacia atrás, ha asegurado que no se pueden hacer generalizaciones en política y ha afirmado que la edad te enseña a tener comprensión hacia todas las personas: "Si no, ¿qué harías contigo mismo?", se ha preguntado filosóficamente...

Retorno tardó en Gran Bretaña

El volumen del dietario que se presentaba hoy, La bellesa del temps, explica un periodo en que Puig, después de casarse tardíamente, empezó a hacer colaboraciones en prensa, mientras vivía en Mallorca (en un tiempo en que la crítica de libros se cotizaba bien, cosa que ahora no sucede, como aclara). Explica también el periodo en qué fue enviado como corresponsal del ABC en Londres, una experiencia que según él le fue muy útil. En aquel tiempo también fue enviado especial a las elecciones entre Bush (padre) y Bill Clinton, para cubrir la campaña de Ross Perot (al que considera un antecedente de Donald Trump).

El presente desde el pasado

Puig, al comparar el tiempo de su dietario con la actualidad, ha querido destacar que cuando empezó el periodo descrito todavía había una Europa dividida por el Telón de Acero, y que en aquellos años se produjo una apertura democrática clave en la Europa del Este. A pesar de todo, Puig discrepa de Fukuyama, que creía que tras la caída del totalitarismo no habría más conflicto, y alega que "la historia no acaba nunca", y que "a menudo va mal". Ha criticado el "buenismo" actual y ha afirmado que siempre habrá conflictos. Ha criticado una Europa continental "que funciona por ideologías" y ha apostado por el sistema inglés "basado en el empirismo", criticando "el hiperactivismo democrático" de la "democracia participativa".

Un mundo en crisis

Puig, con mucho escepticismo, ha alegado que ahora hay "una crisis de valores" que se refleja en el sistema educativo (en La bellesa del temps ya hacía una crítica feroz a la educación moderna en Inglaterra). Ha alegado que la escuela actual está destruyendo el ascensor social por falta de incentivos. Según él, se está haciendo pasos atrás en el sistema educativo, aunque el mundo avanza en muchas cosas. Puig ha afirmado que estamos en una etapa de transición, por el impacto de las nuevas tecnologías, por las nuevas desigualdades, por la transformación del mundo empresarial, por la identidad de género... "El problema de hoy en día es la aceleración de los procesos", pero a pesar de, no se muestra pesimista y cree que el mundo saldrá adelante. Y también cree que Catalunya saldrá adelante, "depende de si se hacen las cosas bien o no".