La rosa amarilla en solidaridad con los presos políticos se multiplicará por 10 este Sant Jordi en Catalunya, desde las 60.000 que se comercializaron el año pasado a las 600.000 que se pondrán a la venta este lunes.

El presidente del Gremi de Floristes de Catalunya, Joan Guillén, lo anunció el pasado jueves en rueda de prensa en que dijo que, pese a la irrupción de la rosa amarilla "solidaria", la roja tradicional mantendrá su preponderancia y prevén vender más de siete millones de rojas en toda Catalunya, lo que representaría un aumento de ventas del 10%.

"El sector vuelve al alza. Esperamos que esta sensación la corrobore el público", ha dicho Guillén, que ve una progresión desmedida de la rosa amarilla, ya que el año pasado no era ni la segunda más vendida por la Diada.

También registran una gran cantidad de encargos para poner un lazo amarillo en las rosas que se venderán el lunes en las 4.000 paradas que se instalarán por toda la ciudad de Barcelona.

El líder del gremio aprovechó para volver a reclamar una ordenanza barcelonesa contra las paradas mercantilistas promovidas por empresas que especulan con rosas sin garantías, y adaptar las normas de la ciudad para Sant Jordi al siglo XXI, puesto que la norma actual data de 1994.

"2.000 maltratadores de rosas"

De hecho, exigió unos conocimientos mínimos para abordar la venta de rosas de calidad, la mayoría serán las de la especialidad Freedmon en decenas de variantes, y ha lamentado: "En la actualidad, tenemos más de 2.000 maltratadores de rosas en la calle".

Además de las 4.000 paradas oficiales, el gremio calcula que 3.000 personas se suman a la jornada poniendo a la venta rosas con cubos de agua en una acción que Guillén considera intrusismo.

También pidió separar más las paradas para que no haya tantas en el centro de la capital catalana: para Guillén, la ciudad está "sobresaturada" con 4.000 paradas, y ha pedido distanciar estos puntos de venta para conseguir más espacio para pasear y disfrutar de la jornada.

El concejal de Turismo, Comercio y Mercados del Ayuntamiento de Barcelona, Agustí Colom, se comprometió a trabajar en una nueva ordenanza, como el año pasado también dijo la concejal de Comercio y Mercados Montserrat Ballarín.

"Soy consciente de que la ordenanza actual es muy vieja y que tenemos una situación compleja, que trabajaremos", dijo Colom, que llamó al consumo responsable y a que los ciudadanos compren rosas, panes de Sant Jordi y libros en establecimientos que den garantía y calidad.