El Museu Marítim de Barcelona acoge, hasta el 25 de septiembre, una exposición sobre la relación entre la ciudad y su puerto, comisariada por Xavier Theros. Barcelona no se podría entender sin su puerto. Es una ciudad que ha nacido y crecido gracias a esta infraestructura. La muestra del Museu Marítim nos presenta la conflictiva relación entre la ciudad y el puerto desde principios de siglo XX hasta los Juegos Olímpicos de 1992, y lo hace con una sugerente presentación y con materiales inéditos de extraordinaria calidad.

Puerto territorio frontera ®PEREDEPRADA

Exposición El puerto, territorio de frontera. Foto: © Pere de Prada.

En las fronteras de la ley y de la moral

La exposición no se inicia con imágenes de ningún gran navegante, ni de ningún presidente del puerto de Barcelona, sino de uno de los "pinxos" (matones) de la ciudad, personajes turbios del imaginario barcelonés que se solían mover por los alrededores del puerto, ya a principios de siglo XX. El principio no puede ser más rompedor. En la exposición, textos y fotografías nos conducen hacia un puerto desconocido para nosotros. Es soberbia una imagen de 1854 que nos muestra la ciudad y el puerto en una fotografía hecha desde la iglesia del Pi. Y hay que destacar una excelente película de Lumière, de 1896, del puerto de Barcelona. Pero también son magníficas las fotografías de expansión de la zona próxima al puerto, durante la Primera Guerra Mundial. Y, evidentemente, no podían faltar las referencias al Barrio Chino en su mejor momento, antes de la guerra civil. La exposición recurre a fotografías muy poco conocidas de la ciudad, que permiten verla con una nueva mirada.

barracas|chabolas del Somorrostro archivo fotográfico Museo Marítim de Barcelona

Barracas del Somorrostro. Foto: Archivo Fotográfico del Museu Marítim de Barcelona.

Del desarrollismo a los Juegos Olímpicos

Después de los bombardeos de la guerra, que tantas destrucciones provocaron en la fachada marítima, y de los fusilamientos en el Castillo de Montjuïc y en el Campo de la Bota, el protagonismo, en la fachada litoral, retornó a la Rambla. Y fueron los marineros americanos actores destacados de la revitalización de esta avenida y de todo el Barrio Chino, como explica la exposición. Pero no se deja de presentar la otra cara de la moneda, el fenómeno del chabolismo. Y, para un periodo posterior, el protagonismo retorna a las playas, espacio privilegiado del ocio de los barceloneses. Cuando se acercaba el 92, el litoral marítimo sufrió una remodelación en profundidad, que supuso la destrucción de buena parte del Poblenou y una reordenación de toda la fachada marítima. Pero eso ya es toda otra historia, que merecería otra exposición.

marinas en la Rambla Arxiu Fotográfic de BCN

Cuatro marineros norteamericanos pasean por la Rambla. Foto: Pérez de Rozas. Archivo Fotográfico de Barcelona.

Imponerse en el cemento

La exposición del Museu Marítim tiene un montaje espectacular, obra del artista Pep Camps. La sala donde se ubica se convierte en un pasillo entre bloques de cemento, como los que se encuentran en el rompeolas del puerto. La sensación de inmersión en un espacio portuario está muy conseguida. Y se refuerza con algunos recursos muy bien escogidos, como la recreación de una barraca, de una barra americana, o del célebre Kentucky, el bar frecuentado por los marineros de la Sexta Flota. Pero esta impresionante decoración, que funciona muy bien en el primer momento, resulta inadecuada para esta exposición, porque dificulta la lectura de los textos y, sobre todo, saca brillo a las extraordinarias fotografías que se muestran. La escasa iluminación tampoco acompaña con el fin de hacer un seguimiento completo del recorrido.

pescadores en el trencaones archivo fotográfico del puerto

Pescadores de caña en el rompeolas. Foto: Archivo de la Autoridad Portuaria.

El catálogo

Por desgracia, muchas de las imágenes expuestas quedan deslucidas por el soporte escogido para exponerlas. Por eso el catálogo toma un especial valor. Este volumen, publicado por el mismo Museu Marítim de Barcelona, incorpora en alta calidad las imágenes de la exposición, pero además de las fotografías y los textos de El puerto, territorio de frontera, ofrece también textos suplementarios con los que Xavier Theros aporta más datos sobre la Barcelona portuaria: nos explica los orígenes de la historia del puerto de Barcelona, y la conflictiva relación que tuvo con algunos de los barrios de su alrededor. El comisario de la exposición amplía el contenido de la exposición con una extensa explicación sobre la prostitución, los cafés cantantes, el éxito de público del Barrio Chino... Los temas básicos de la muestra se desarrollan, aquí, a fondo.

Villa olímpica archivo fotográfico de Barcelona

El hotel Artes, la torre de oficinas Mapfre y el pescado|pez de Frank Gehry (1997). Foto: Colita. Archivo Fotográfico de Barcelona.

Una Barcelona conflictiva

Demasiados a menudo nos han ofrecido una visión idílica de Barcelona. La exposición El puerto, territorio de frontera no lo hace, como ya lo anuncia el título (de hecho, su comisario, Xavier Theros, ya había mostrado su acidez y su contundencia en la novela El hada negra y en ensayos como La Sisena Flota en Barcelona). El puerto, en esta muestra, se presenta como una fuente de riqueza, pero también de conflictos; un lugar necesario pero al mismo tiempo marginalizado, y en su entorno también viven los individuos apartados de la sociedad: matones, prostitutas, obreros, gitanos, pobres... En el catálogo, Xavier Theros define la zona marítima como "el vertedero de la ciudad". En el puerto está la Barcelona más canalla, pero también es la Barcelona más cosmopolita y la más libertaria. Un universo que pone de manifiesto algunas de las mayores contradicciones de la ciudad de Barcelona, que no es sólo una ciudad burguesa, culta y amable. El puerto, territorio de frontera es una exposición que da mucha luz a una Barcelona muy gris, muy oscura, y también muy nuestra.

 

Foto de portada: Mercado de pescado en el muelle de Pescadores, hacia el 1920. Archivo Fotográfico del Museu Marítim de Barcelona.