Lo'Ayuntamiento de Barcelona ha presentado hoy, en el marco de la Fiesta Mayor de Les Corts el resultado del concurso de ideas para instalar un monumento en les Corts, en recuerdo de la prisión de mujeres de triste memoria, donde muchas mujeres republicanas fueron encarceladas. El monumento se situará en el cruce de las calles Joan Güell y Europa, que se ampliará con la eliminación de la hilera de aparcamiento y de los contenedores.
Los tótems, fijados
Entre los 5 proyectos presentados, ha resultado ganadora una propuesta presentada por la profesora de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona Núria Ricart, el arquitecto Jordi Henrich, y el historiador Fernando Hernández Holgado. La intención es añadir un monumento de "land-art" a la actual intervención de los tótems informativos, que se volverán permanentes y también incorpora la creación de un espacio público pacificado que incluirá todo el perímetro de la desaparecida prisión. El suelo se pavimentará con piezas de basalto y se añadirá un monumento minimalista, formado por seis grandes piedras de rompeolas procedentes de varios orígenes de la península. Grabadas en el suelo y ligadas a cada una de las piedras, se incluirán inscripciones con informaciones históricas sobre lo que fue la prisión de mujeres durante el franquismo, así como informaciones geológicas y de procedencia de las piedras. Contemplado como un espacio de paso abierto a todo el mundo, la idea es introducir a los peatones a la realidad de lo que representó y lo que se vivió dentro de la prisión. El proyecto también incluye nuevo arbolado y la iluminación especial de todo el chaflán. Al mismo tiempo se marcará de manera puntual el perímetro de la prisión con chapa de acero corten grabada en la acera y con pintura en la calzada.
Los tótems en su estado actual. Foto: TCuevas33.
Un centro para presos políticos
Hasta 1936, en la masía de Can Duran, donde hoy en día está el Corte Inglés de Diagonal, hubo un asilo para chicas "extraviadas" que era regido por las hermanas Dominicas de la Presentación. En 1936 se derribó la prisión de mujeres de la calle Reina Amàlia (dónde está la actual plaza Folch i Torres) y la Generalitat habilitó a Can Duran como prisión de mujeres, en la que durante la guerra estuvieron encierradas mujeres derechistas y, tras los hechos de mayo, presas del POUM y anarquistas. A partir de enero de 1939 el centro se convirtió en Prisión Provincial de Mujeres, regido por las monjas de la orden de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paül. Un centro pensado para 100 mujeres llegó a acoger hasta a 2.000 reclusas, algunas de ellas con sus hijos. Once de ellas fueron fusiladas por los franquistas.
Condiciones infernales
Algunas de las presas han dejado testimonio sobre la situación crítica en que vivieron en el centro. Las monjas que lo gestionaban hostilizaban y humillaban continuamente a las presas. Su objetivo era doblegar a las mujeres republicanas y que renunciaran a sus principios. Había presas que dormían en las escaleras, o sobre la taza del lavabo, porque no había espacio. La comida era infecta. La suciedad era omnipresente y el agua faltaba, pero las mujeres intentaban mantener la máxima higiene posible. Algunas de ellas estuvieron meses incomunicadas, otras fueron maltratadas, muchas sufrían desnutrición... Las enfermedades eran omnipresentes. A algunas, que eran madres, les robaron los bebés mientras estaban presas para darlos en adopción. En 1955 el centro se cerró, porque la Dirección General de Prisiones consideró que no estaba preparada para ser un centro penitenciario. En 1974, en el solar de la antigua prisión, se construyó el nuevo Corte Inglés de Diagonal. Hasta hace poco, nadie pensó en recordar a las presas encerradas en el centro de Les Corts.