El Arxiu Fotogràfic de Barcelona presenta, hasta el 21 de mayo, la exposición Pérez de Rozas. Crònica gràfica de Barcelona, 1931-1954. El archivo expone sólo una mínima parte de las 800.000 fotografías que forman parte del fondo Pérez de Rozas y que están depositadas en sus almacenes. Representan una cata de lo que son las fotografías de esta dinastía de fotoperiodistas de antes de la guerra, del periodo bélico y de la posguerra. Pero no nos encontramos ante una exposición cualquiera, con fecha de caducidad, ya que una muestra mucho más amplia de fotografías se ha digitalizado y colgado en la página web del archivo, donde quedan a disposición del público. La exposición virtual es una propuesta destinada a maximizar el impacto del trabajo hecho. La idea, bien sencilla, es que si la gente no va al archivo, el archivo tendrá que entrar en las casas de la gente.

La exposición virtual

La muestra vía web incorpora 600 fotografías, en su mayoría inéditas (frente a 123 fotografías, sólo, en la exposición presencial, en que el espacio es muy reducido). Se presenta organizada en secuencias de algunos acontecimientos, tal como estaban en el archivo original de la familia de fotógrafos: el incendio en los almacenes El Siglo, la misa de celebración de la llegada de las fuerzas franquistas, las colectivizaciones en Amposta... La exposición en la web, además, tiene una virtud: está pensada como una herramienta interactiva. Contempla una pestaña, "Fem memòria", en la que cualquiera puede entrar y adjuntar informaciones adicionales sobre la fotografía: quien aparece, donde se hizo la fotografía... Una herramienta muy útil para los archiveros.

Una dinastía de fotógrafos

Los Pérez de Rozas empezaron a trabajar en el mundo del fotoperiodismo hacia 1912, cuando Carlos Pérez de Rozas Masdeu se instaló en Barcelona. Al principio de los años treinta empezaron a trabajar con él dos hijos, y muy pronto se añadirían otros dos. Todo el trabajo lo organizaban colectivamente: se distribuían los encargos, se repartían las posiciones con el fin de cubrir un acto desde diferentes ángulos... Dicen que las mujeres de la familia se encargaban de fichar las fotografías, negociar con los clientes y revelar las fotos. La matriarca, la esposa de Pérez de Rozas Masdeu, era la encargada de repartir los beneficios entre los familiares cada principio de mes. Es por eso que no tiene sentido decir que una determinada fotografía es de uno u otro de los Pérez de Rozas. Pérez de Rozas Masdeu murió en acto de servicio, en 1954, cuando cubría el retorno de los presos de la División Azul en el Semíramis. Por esto, justamente, los comisarios han escogido 1954 como fecha de corte para el fin de la exposición, aunque los Pérez de Rozas han continuando trabajando en fotografía, en Barcelona, hasta el día de hoy.

La crónica gráfica

En 1932 el Ajuntament de Barcelona decidió, dentro de la fiebre modernizadora de las instituciones de la II República, la creación de un fondo de fotografías que documentara la evolución de la ciudad. Lo denominaron "Crònica Gràfica de Barcelona" y constituyó el embrión del actual Arxiu Fotogràfic de Barcelona. Pérez de Rozas, que se había hecho famoso con las fotografías de los trabajos de la Exposición Universal de 1929, aceptó el encargo, y empezó a suministrar regularmente fotografías sobre los acontecimientos que sucedían a la ciudad. Buena parte de las imágenes que aparecen en la exposición son parte, justamente, de la crónica gráfica.

Al servicio de los medios existentes

Los Pérez de Rozas trabajaron en la propaganda del régimen de Primo de Rivera durante la Exposición de 1929, pero al llegar la República se dedicaron a cubrir atentamente los movimientos de los políticos republicanos. Durante la guerra, los Pérez de Rozas recibieron la visita de las patrullas de control, que destruyeron parte del archivo fotográfico y los obligaron a cambiar de domicilio. Pero sin embargo los fotógrafos barceloneses siguieron colaborando con las publicaciones de la CNT: se especializaron en hacer reportajes de exaltación de las colectivizaciones. Y, al día siguiente de la entrada de las tropas franquistas, ya estaban trabajando para las nuevas autoridades. En este periodo se especializaron en fotografiar misas y desfiles militares.

 

La evolución

Los Pérez de Rozas no cambiaron de técnica porque dejaran de servir a unos para servir a otros. Las mismas técnicas hagiográficas que usaban con Durruti, las pasaron a utilizar con Yagüe, y la perfección técnica usada en los concursos de miss se pondrá al servicio, más adelante, del Congreso Eucarístico. Ahora bien, revisando las imágenes expuestas, se puede tener una idea de la evolución de la sociedad catalana. Las fotografías de la República tienen un mercado carácter festivo, muy moderno: acontecimientos deportivos, encuentro de naturistas, concursos... (no faltan, tampoco, sucesos truculentos: lo sangriento también es una de las marcas de familia de los Pérez de Rozas). La guerra civil está marcada por la tragedia: bombardeos, ayuda a los refugiados, agitación política y propaganda de las colectivizaciones. Con el fin de la guerra, es clara la marca de la dictadura: todas las actividades están bajo un control estricto de las autoridades civiles o de la Iglesia. Es el gris absoluto que lo domina todo.

Historia e historias

Los Pérez de Rozas fueron testigos de excepción de muchos grandes acontecimientos de la ciudad: discursos, mítines políticos, manifestaciones, encuentros entre políticos, bombardeos... Sus fotografías no pueden faltar en cualquier libro de texto de Historia. Pero entre sus imágenes también hay muchas que nos permiten otra aproximación al pasado: la historia vista desde las vivencias de la gente de la calle: competiciones deportivas, sorteos de lotería, concursos de miss, procesiones... Un testimonio básico de la vida de los catalanes.