El PEN Català, el conocido club de escritores vinculado al PEN Club Internacional, fue la tercera asociación del PEN que se creó, a nivel mundial. Ahora ya va dirigiéndose hacia el siglo. Para celebrar sus 95 años, el PEN ha preparado varias actividades. La primera tendrá lugar este viernes en el CCCB, a las 19h30, con presencia del presidente del Parlament, Roger Torrent, y de destacados miembros de la asociación. El acto contará con una representación teatralizada creada y dirigida por el director del TNC, Xavier Albertí, en la que participarán los actores Manel Barceló, Toni Guillemat, Lluïsa Mallol, Carme Calloll y Carme Sansa. Y el jueves día 15 se colocará una placa conmemorativa en la sede del Ateneu Barcelonès, por la vinculación del PEN Català con el Ateneu Barcelonès desde su fundación. Asimismo, el PEN publicará un libro sobre sus 95 años de historia y sobre el papel jugado por esta entidad en la diplomacia cultural, escrito por Joan Safont.

PEN Catalán

Un referente

El 19 de abril de 1922 Josep M. López Picó y Josep Millàs-Raurell, con Josep M. Batista i Roca y el joven Joan Crexells, hicieron la cena fundacional del PEN Català. Sólo hacía dos meses que el PEN Club Internacional había enviado desde Londres, una carta de invitación a todas las literaturas del mundo para que los escritores se añadieran a este espacio de solidaridad y de encuentro entre culturas. El nombre respondía a las siglas de PoetsEssayistsNovelists y enseguida representó, para los escritores catalanes, un puente para hacer visible la literatura y la cultura catalana en el mundo. Un año después, el PEN Català (entonces Centre Català del PEN Club Internacional) ya reunía una veintena de los escritores más importantes de nuestra literatura (Carles Riba, Clementina Arderiu, Pompeu Fabra –que fue el primer presidente-, J.M. de Sagarra y J. Puig i Ferrater, entre muchos otros) .

Sobrevivir entre dictaduras

El PEN Catalán fue una herramienta clave para defender la libertad de expresión y la lengua catalana en tiempo de la dictadura de Primo de Rivera. Pero también fue, desde sus orígenes, un organismo defensor de todas las libertades y del diálogo entre culturas. En 1933 el PEN Catalán se sumó, en el Congreso de Dubrovnik, a una de las primeras condenas internacionales al régimen nazi. En mayo de 1935, el XIII Congreso del PEN Club Internacional se celebró en Barcelona y se aprovechó el acontecimiento para dar a conocer la cultura catalana al mundo. El PEN Club, por su parte, colaboró con muchos escritores catalanes, tanto durante la guerra, como en el periodo de exilio. Con la derrota republicana el PEN Català tuvo que trabajar desde Gran Bretaña, conducido por Josep M. Batista i Roca y Josep Carner. Tuvo un papel decisivo en conseguir que el PEN Club Internacional condenara a la dictadura de Franco. En el interior volvió a funcionar en 1965, y en 1973 se reconstituiría definitivamente. En 1992 el Palau de la Música acogería el segundo Congreso Internacional de los PEN en Barcelona.

Por la lengua y la libertad

En los últimos años el PEN Català ha llevado una lucha tenaz por defensa de los derechos lingüísticos de los grupos minorizados, involucrándose en iniciativas como la Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos de 1996 o la Declaración de Quebec del 2015. Por otra parte, se ha mobilizado en la defensa de la libertad de expresión y de creación, con iniciativas como el Programa Escritor Acogido, que ha permitido a numerosos escritores perseguidos pasar temporadas en Barcelona, o la defensa del dibujante de cómics Ramon Esono, encarcelado en Guinea Ecuatorial. En las últimas semanas, el PEN se ha pronunciado en contra la condena a los raperos Pedro Hasel y Valtonyc. Por su trayectoria, el PEN Català mereció la Creu de Sant Jordi.