Morir en primavera, de Ralf Rothmann (L'Altra Editorial en catalán y Los Libros del Asteroide en castellano) es una novela sobre los jóvenes alemanes movilizados durante los últimos compases de la Segunda Guerra Mundial. Un grupo de chicos que vieron quebrada su infancia cuando los llamaron a filas forzosamente y los enviaron a luchar en una guerra que ya estaba perdida. Un drama bien similar al de los jóvenes catalanes que fueron movilizados en la quinta del biberón. Esta novela constituye una gran reflexión sobre la guerra, pero también sobre la naturaleza humana.

El miedo

El protagonista de la novela, Walter, que trabaja como ordeñador de vacas, es movilizado por la fuerza a los 17 años y se le envía a luchar al frente del Este. Tras de un breve periodo de instrucción, llega al escenario bélico cuando ya todo el mundo da la guerra por perdida. Su mirada ingenua, de chico que a duras penas ha salido del huevo, es idónea para transmitir el caos de los últimos meses de la Alemania nazi. Al llegar al frente, Walter ya no se encuentra con ninguna muestra de heroísmo. La guerra que conoce Walter no puede ser más sórdida: bombardeos aéreos, uso de bombas de fósforo, ejecuciones sumarias, saqueos, heridos de guerra abandonados, violaciones... Y miedo. En las filas alemanas hay miedo por todas partes, es el sentimiento que lo domina y lo aniquila todo. Los individuos están aterrorizados ante la guerra que se aproxima, ante el miedo a las represalias de los soviéticos, ante la violencia de los superiores, ante la muerte... Y el miedo y la desesperación da pie a las situaciones más absurdas: suicidios, orgías con sexo y alcohol, ejecuciones de desertores...

Walter, un protagonista muy especial

Walter es un individuo desprovisto de maldad, quizás por su juventud. Afrontará todas las desgracias, hasta las más terribles, con el corazón limpio, y quizás justamente por eso Walter es un superviviente: él pasa por la guerra más terrible, pero parece que la guerra no pasa por él. A pesar de todos los problemas, mantendrá la buena fe, la ilusión, la voluntad de volver a la vida civil, la confianza en el futuro... El personaje, pues, se convierte en un contrapunto a la guerra que se desarrolla a su alrededor. Y gracias a eso podrá explicar una historia tan conmovedora.

La deshumanización, humanizada

Morir en primavera no es un libro de vivencias; en un momento determinado, el autor deja entrever que es la historia de su padre. Sin embargo, ante todo, esta obra es una novela, un texto donde la ficción impera sobre el documento. Hay una trama que domina sobre los escenarios, y eso que Rothmann juega con unos marcos soberbios, a nivel literario: hospitales de guerra caóticos, campos de batalla arrasados, ciudades deshechas por los bombardeos... El libro de Ralf Rothmann describe magistralmente la guerra y en este sentido se puede comparar a las mejores obras de Hans Hellmut Kirst, pero este libro no es una novela de guerra, al estilo de las de Sven Hassel. La guerra de Rothmann no es una guerra de trincheras: es una guerra de bombardeos aéreos, de minas, de hambre, de piojos, de deserciones... Los civiles, y los civiles militarizados que rechazan ser militares, son los grandes protagonistas de esta historia. La guerra de Rohtmann, sobre todo, es una guerra que se desarrolla en el corazón de las personas. Con Morir en primavera, nos ofrecen una obra magnífica, un libro que no se puede dejar pasar.