Pablo Carbonell nos descubre su "mundo de la tarántula"

Pablo Carbonell quedó atrapado en la lectura de Instrumental, aquí publicado por Blackie Books. Así lo manifestó en Twitter (nada extraordinario: la biografía del pianista británico James Rhodes es uno de los mejores libros que yo también he tenido la suerte de leer en muuuuuucho de tiempo). Declaración en la Red que Jan Martí, editor del pequeño, pero con una catálogo grandioso, sello barcelonés, aprovechó para plantearle un reto: escribir sus propias memorias. El mundo de la tarántula es la obra resultante de aquella apuesta tuitera, crónica del recorrido vital de un tipo que ha vivido más de lo que viviremos tú, yo y nuestros colegas más crápulas juntos, agitados y revueltos. 

Sí, Carbonell ha vivido mucho. Ha hecho de todo y todo lo ha hecho como le ha dado la gana. Ha sido actor (desde sus inicios en la calle junto a Pedro Reyes hasta su participación en filmes como Lo mejor que le puede pasar a uno cruasán), músico (con Los Toreros Muertos y en solitario), presentador (imposible olvidar su ejercicio como reportero de CQC), director de cine (Atún y chocolate)…

De las drogas al sexo, también lo ha probado y ha experimentado todo. Y todo lo explica (sin arrepentirse de nada pero sin caer en aquella nostalgia hiperbólica de que pecan muchos de los relatos protagonizados por aquellos que fueron protagonistas de la década prodigiosa de los 80: que-buenos-guapos-y-originales-que-eramos-y-que-bien-que-nos-lo-pasábamos) en unas memorias que, inevitablemente, también son un recorrido por la España de las últimas décadas además que una decidida manifestación a favor de la libertad y la creación artística. 

Carbonell es uno de aquellos (pocos) bufones que se atreven a gritar a pleno pulmon que el rey va desnudo, incluso cuando el monarca que desfila en pelotas es él. Por eso, el suyo es un relato interesantes en su contenido, exquisito en la manera en cómo lo explica. 

El mundo de la tarántula. Pablo Carbonell. Blackie Books. Barcelona, 2016. 384 páginas.