No hay mejor momento para visitar el Espai Guinovart, en Agramunt, en el Urgell, que ahora, cuando se celebra el Año Guinovart, con ocasión del décimo aniversario de la muerte de este artista. Este espacio, consagrado al arte contemporáneo, fue el primero en este campo en las tierras de Lleida y mantiene expuesta, de forma permanente, la obra de Josep Guinovart. El Espai Guinovart se encuentra en la plaza del mercado de Agramunt. En realidad, el edificio donde está el Espai es el antiguo mercado, que fue cedido al artista, hace 25 años, por el Ayuntamiento de Agramunt. Guinovart se encargó de diseñar hasta el último detalle de su remodelación. Y consiguió un espacio muy especial, que por su atmósfera invita a la reflexión. "Es como una iglesia, transmite tranquilidad", explica Maria Guinovart, presidenta de la Fundació Guinovart. Lo amplia: "En la mayoría de los museos, las obras están colgadas en las paredes, en cambio, al entrar en el Espai Guinovart es como entrar en un cuadro". El precio de la visita es de 3 € y hay descuentos para ciertos colectivos. Está abierto los jueves y viernes de 10h a 13h; los sábados de 11h a 14h y de 17h a 19h, y los domingos de 11h a 14h.

Vista general del Espacio Guinovart con las instalaciones permanentes (La Era, La Cabana y Mural de las cuatro estaciones). Foto de Martí Gasull

Vista general del Espai Guinovart con las instalaciones permanentes (La Era, La Cabaña y Mural de las cuatro estaciones). Foto de Martí Gasull.

El Agramunt guinovartiano

Hay tres obras expuestas permanentemente en el Espai, alrededor de las cuales gira el museo, y que constituyen una representación de Agramunt, su gente y su entorno. Son: La Era, la Cabaña y el Mural de las cuatro estaciones. Guinovart concibió este espacio como una unidad, y por lo tanto no hay ninguna jerarquización entre las tres piezas. La Era es un gran círculo de un diámetro de 5,5 metros, depositado al suelo. Un espacio que recrea la dura vida del campo, las mulas, la paja, el trigo, pero también la parte más lúdica de la vida rural. La Cabaña es un espacio cerrado dentro de un espacio cerrado; en posición central, una encina; las paredes, esgrafiadas, dejan testimonio del paso de la gente y de sus sueños... El Mural, pese a su gran tamaño, fue diseñado por Guinovart como un "fondo atmosférico", que evocara, sobre todo, las conexiones con la naturaleza.

Imagen detalle de la encina del interior de La Cabana. Josep Guinovart. Foto de Martí Gasull

Imagen detalle de la encina del interior de La Cabana. Josep Guinovart. Foto de Martí Gasull.

Las exposiciones temporales

El Espacio Guinovart guarda un importante fondo de obras del artista. Y periódicamente va exponiéndolas en el mismo espacio (a la vez que efectúa préstamos para exposiciones en otros centros museísticos). La exposición que se presenta hasta el 30 de septiembre es Guinovart, animal poético y pretende ofrecer una nueva mirada a la obra del artista. Guinovart siempre usó la naturaleza como fuente de inspiración y los animales están muy presentes en su obra. La exposición se divide en tres ámbitos: "Pasado vivido" donde recrea la infancia del creador y su relación con el propio Agramunt (con el caracol, la rana y el búho como símbolos); "Presente contemplativo" analiza la necesidad contemplativa de Guinovart y su paisaje interior, sobre todo a través de los peces; y "Futuro esperanzador" recoge el compromiso del artista con su entorno, a través de la mariposa, símbolo de libertad, y de la hormiga, que representa el trabajo y el sacrificio. Esta muestra constituye toda una retrospectiva de la obra del artista, porque hay obras de los diferentes periodos (incluso se incluye una del 2007, el año de su muerte). Es una exposición comisariada por Judith Banés, quien afirma que "Los protagonistas de esta historia son, pues, los activadores de un escenario denominado naturaleza, aquella que empuja la creación de un artista dinámico, que siente el llamamiento de la vida en el estadio más primigenio". Paralelamente, en el Petit Espai se muestra una exposición colectiva, "No será verdad", que reúne prácticas artísticas contemporáneas como la ilustración, la instalación o la performance; y rastrea las incomodidades y tensiones que generan las piezas que no se crearon con el objetivo de estar expuestas. Encontramos materiales como las ilustraciones de Anna Vila, Santiago Gómez y Bernardí Matas; los collages textiles creados por Fiona Capdevila; los flashs (diseños ilustrados) dibujados por los tatuadores Tony Atichati, Templario y Jordi Nobile; los carteles de El Pressentiment, creados por el colectivo Espai en Blanc; las piezas de cerámica hechas por el artista Marta Jove; los bordados artesanos de Núria Lozano; o las acciones de comunicación experimental de la artista china Mo Popo, entre otros.

El Mural de las cuatro estaciones. Josep Guinovart. Foto de Martí Gasull

El Mural de las cuatro estaciones. Josep Guinovart. Foto de Martí Gasull.

De pintor de paredes a artista total

Josep Guinovart i Bertran (1927-2007) empezó a trabajar con su familia como pintor de paredes. Cuando empezó a dedicarse a la pintura artística, enseguida destacó por su uso del color. Siempre inconformista, se incorporó a los grupos Dau al Set y Taüll, que querían romper con las formas imperantes del arte. Un viaje a París, a los 26 años, le hizo cambiar su visión del arte. Pronto sería un artista reconocido internacionalmente. Aunque destacó como pintor, también hizo incursiones en otros campos artísticos: el teatro, la ilustración, la arquitectura, el tapiz, la escultura... Su obra se expone en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), en el Reina Sofía de Madrid, en el Guggenheim de Nueva York, en el Museo de Bochum...

Josep Guinovart Pep Parer Museu de historia de Catalunya wikipedia

Josep Guinovart. Foto: Pep Parer. Museu d'Història de Catalunya.

L'Espai, donde le corresponde

A alguna gente le sorprende que un lugar tan mágico como el Espai Guinovart esté en Agramunt. Pero la relación entre el artista y esta localidad fue intensa. Aunque Guinovart nació y murió en Barcelona, mantenía una relación estrecha con Agramunt, el pueblo de su madre, donde había pasado los años de la guerra civil, y donde decía que se había hecho sensible a la relación con la naturaleza. Fue volviendo de vez en cuando a la villa del Urgell y en 1994 se constituyó el Espacio Guinovart, con mucha ilusión por parte del artista (quiso que el espacio reflejara la realidad de la localidad que lo acogía e incluso incluyó en él una referencia a la fachada de la magnífica iglesia románica). Cinco años antes de su muerte, Guinovart fue nombrado Hijo Adoptivo de la Villa de Agramunt. Y este 3 de septiembre, durante la fiesta mayor, de la localidad, será presentado al público un nuevo cabezudo que representará Guinovart, muestra del aprecio que tiene esta villa por el artista. El Espai Guinovart se prepara ahora para inaugurar la gran exposición dedicada al Año Guinovart: "Retratos y autorretratos", que será comisariada por Àlex Sussana.

 

Foto de portada: Imagen detalle del interior de La Cabaña. Josep Guinovart. Foto de Martí Gasull.