La locomotora checa inspiró al escritor francés Jean Echenoz a escribir una novela que, entre el relato biográfico y la ficción, narra la vida de una leyenda del atletismo que corría para huir de la dictadura soviética.

Hoy es una empresa de zapatos y zapatillas deportivas conocida en todo el mundo, pero sus inicios son muy modestos. Fundada el año 1894 en la ciudad de la República Checa de Zlín por Tomás Bata. Hijo de una familia de zapateros, Tomás se inspiró en el modelo productivo de Henry Ford para fabricar calzado en cadena.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la fábrica, primero, fue requisada por el ejército nazi, para, acabada la contienda, ser nacionalizada por el gobierno comunista. Cada año, quizás para promover su producto, Bata organizaba una carrera, "El Circuito de Zlín" en que, obligatoriamente, tenían que participar todos los trabajadores de la factoría.

Emil Zátopek nació el año 1922 en Kopřivnice. A los 16 años, empezó a trabajar como aprendiz en Bata. Nunca antes había practicado el atletismo, pero desde la primera vez que participó en el "Circuito de Zlín", sin rival que lo pudiera hacer sombra, evidenció que había nacido para correr.

Emil Zátopek consiguió su primera plusmarca en 1944, sumando a partir de entonces 8 campeonatos checoslovacos consecutivos en las pruebas de 5.000 y 10.000 metros. De ritmo constante, resistente y sacrificado, el mundo descubrió el poder de la "Locomotora Checa" en los Juegos Olímpicos de 1948, donde Zátopek ganó la medalla de oro de los 10.000 metros y la de plata en los 5.000. Su gran proeza, sin embargo, llegaría cuatro años más tarde a Helsinki.

Pocas veces el mundo del deporte ha visto una exhibición tan extraordinaria como la que Zátopek protagonizó a la cita olímpica del verano de 1952 en la capital de Finlandia. Ganándose el privilegio de ser recordado como uno de los mejores, sino el mejor, atleta de todos los tiempos, en sólo una semana el corredor checo se coronó campeón de los 5.000 metros, los 10.000 metros y el maratón. Una epopeya descomunal que completó su mujer, Dana Zátopková, colgándose la medalla de oro en lanzamiento de jabalina.

Durante su carrera deportiva Zátopek participó en 334 carreras de las cuales ganó 261, además de establecer 18 récords mundiales en las diferentes pruebas que practicó. Héroe nacional para los checoslovacos, en un ejercicio propagandístico, al gobierno comunista lo ascendió hasta el grado de coronel. Su destino cambió con el estallido de la Primavera de Praga de 1968. Emil Zátopek se posicionó abiertamente a favor de Alexander Dubček, político reformador que apostaba por lo que él mismo denominó un "socialismo de rostro humano".

Fallida la revolución, Zátopek fue expulsado del Partido Comunista y del Ejército. Es más, desdeñado por aquellos que antes lo habían erigido en símbolo, tuvo que trabajar de basurero para subsistir.

Zátopek murió el 22 de noviembre de 2000 en Praga. Ocho años más tarde, Jean Echenoz publicó la novela Correr. A medio camino entre el relato biográfico y la ficción, el escritor francés narra la vida del deportista checoslovaco, una leyenda del atletismo que corría para huir de la dictadura soviética a la vez que el régimen lo convertía en símbolo y ejemplo.