El carillón de la Generalitat, con sus 49 campanas, marca el ritmo del Palau, pero también del Barrio Gótico. Funcionarios, vecinos y turistas regulan el paso del tiempo mediante el carillón situado tras la cúpula del Palau, y que por eso es casi invisible en los ojos de los peatones. Pero este carillón no se limita a marcar las horas: se también un instrumento musical de primer orden, y eso se hará visible los días 14, 15, 21 y 22 de julio, en el 25º Festival de Carillón de Barcelona. La Generalitat abrirá el Pati dels Tarongers y la Galería Gótica, con entrada libre, para que los visitantes puedan disfrutar del concierto. Además, instalará allí pantallas para que los visitantes puedan ver a los intérpretes. El aforo es limitado, pero sin duda también se podrá disfrutar del concierto desde la Plaza Sant Jaume y desde las calles de los alrededores del Palau. Todos los conciertos tendrán lugar a las 21h.

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De Vivaldi a Billy Joel

El sábado 14, en la primera sesión del Festival, habrá un concierto a cuatro manos, con Koen Van Assche, carillonista de la catedral de Amberes, en Bélgica, y Anna Maria Reverté, la carilonista del Palau. Interpretarán piezas clásicas de Vivaldi, Bach, Beethoven y Schubert, pero acabarán con una pieza de 1965, de G. D'Hollander: el Coppéliá-Fantasy. El domingo 15 será el turno de Rosermarie Seuntiëns, carillonista de Asten (Holanda). Ofrecerá Roaming Bells, un repertorio pensado para la popularización del carillón, con temas de Khachaturian, Bach, Saint-Preux e incluso Billy Joel.

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De Escandinavia a Catalunya

El sábado 21 será el turno de Vegar Sandholt, carilonista del Ayuntamiento de Baerum, en Noruega, que ofrecerá un concierto con resonancias nórdicas. Incluirá, junto a Mozart, piezas de Grieg y melodías populares escandinavas. Acabará con una adaptación de populares temas para cine de Henry Mancini. El festival se cerrará con un concierto en que Anna Maria Reverté hará un dúo con Sergi Marquillas i Solsona, a la trompeta, y otro con Alfons Reverté i Tomàs, al clarinete. Incluirá temas catalanes de J. Serra, Lamote de Grignon y, sobre todo, Frederic Mompou (ya que su abuelo era propietario de una fundidora de campanas en el Poble Sec y siempre compuso pensando en la sonoridad de este instrumento). El concierto, y el festival, acabará con un fragmento de la Rhapsody in Blue de George Gershwin.

Anna Maria Reverté tocando el carillón de la Generalitat

El secreto del Palau

La presentación a la prensa de este festival ha tenido lugar en un lugar insólito: el terrado del Palau de la Generalitat, junto al carillón, y ha continuado, lógicamente, en la pequeña estancia, justo debajo de las campanas, donde la carillonista interpreta sus piezas. La cámara tiene que estar justo debajo del carillón, pues los martinetes que hacen sonar las campanas se mueven manualmente, mediante un teclado que hay que usar con manos y pies. Para mover los martinetes que empujan las campanas más pesadas hay que usar una cierta fuerza (la campana mayor, la Catalunya, pesa 905 kg, y entre todas las campanas hay casi 5.000 kg de bronce).

Cien años de carillón

El carillón de la Generalitat se inauguró en 1927. Pero el "pequeño carillón" fue sustituido por un carillón de conciertos, de fabricación holandesa, en 1976 (y fue posteriormente restaurado en 1991 y 2015). Cuenta con 49 campanas, lo que supone 4 octavas, es decir, lo que habitualmente tiene un carillón de conciertos. Anna Maria Reverté ha asegurado que gracias a este festival y a las actividades del carillón del Palau, Barcelona ha pasado a ser considerada un referente de la música de carillón en el Sur de Europa. La consellera Borràs ha querido acabar la rueda de prensa felicitando en este festival que demuestra la "combinación entre tradición y modernidad".