Breve historia de siete asesinatos, de Marlon James (Kingston, Jamaica, 1970) es un libro inquietante, publicado en castellano por Malpaso y en catalán por Bromera. Se trata de una novela coral, que quiere ser una crónica de la evolución de Jamaica y los jamaicanos en las últimas épocas. La trama se construye en base a una serie de relatos en primera persona, protagonizados mayoritariamente por delincuentes: desde pequeños camellos, hasta los dones. Una novela repleta de drogas, violaciones, asesinatos, violencia gratuita... Pero que, a pesar de todo, quiere ser un canto a la sociedad jamaicana. Jamaica es un país "asqueroso y peligroso, pero tiene un encanto", como dice uno de los protagonistas.

Alma rebelde

Hay un personaje omnipresente a lo largo de toda la obra: el Cantante. Aunque nunca se cita su nombre, queda claro que Marlon James se refiere a Bob Marley. En la obra se recogen episodios clave de su vida, pero también parte del mito que circula todavía hoy sobre él (como la leyenda urbana que alega que le contagiaron el cáncer). Pero el texto de Marlon James dista mucho de ser una hagiografía. Nadie puede salir inmaculado de la cruda y sucia sociedad jamaicana. Ni siquiera el Cantante.

Revolución

El texto explora las últimas décadas de la historia de Jamaica, pero parte de un momento clave: cuando los dos partidos mayoritarios, el PNP (Partido Nacional Popular) y el JLP (Partido Laborista Jamaicano) llevaron su confrontación política a las calles de Jamaica. Los ghettos se dividieron y la delincuencia común se articuló con la violencia política. En aquel momento, Bob Marley trató de impulsar un acuerdo de paz entre todas las fuerzas políticas y los gangs que les daban apoyo: "Hubo un momento que estuvimos a punto de conseguirlo. Lo teníamos a tocar", reconoce uno de los personajes de la novela. Más tarde, Marley organizó un concierto, "Sonríe, Jamaica" con el fin de reclamar la reconciliación entre todos los jamaicanos. Dos días antes del acontecimiento unos pistoleros entraron en casa del cantante y dispararon contra él, contra su esposa y contra su mánager. Los tres resultaron heridos, pero a pesar de todo Bob Marley participó en el concierto. Pero ante la amenaza de un nuevo atentado se fue a Londres. El proceso de paz perdió empuje. Dieciocho meses después del atentado, Bob Marley volvió a Jamaica a un nuevo concierto por la paz, el One Love Peace Concert: allí consiguió que el primer ministro, Michael Manley, y el líder de la oposición, Edward Seaga, se dieran la mano. Pero la paz no volvió a las calles de Kingston.

Reggae jamaicano

Además de las referencias al atentado contra el Cantante, a lo largo de la novela son constantes los referentes al reggae. Porque este estilo musical se plantea como un debate sobre los temas que preocupan a las personas. Uno de los capos mafiosos de la novela dice: "El reggae no es nada más que un hombre hablando, charlando con otro hombre, discutiendo los pros y los contras". El reggae es, sin duda, la banda sonora de la guerra cotidiana de los ghettos jamaicanos.

Guerra

Esta larga historia no explica siete asesinatos. Explica muchísimos más: en sólo cuatro páginas se pueden contabilizar nueve. Y no todos son crímenes que entre traficantes: un niño es enterrado vivo, una madre contempla cómo le matan a su hijo, una mujer muere para pasar la noche con el hombre equivocado, unos yonquis mueren porque se drogan en compañía de un hombre enloquecido... La violencia acaba por normalizarse y queda fuera de todo control. Y lo destruye todo, en Jamaica, y en los barrios de los Estados Unidos donde viven los jamaicanos: zonas donde los habitantes depauperados queman sus casas para cobrar el seguro.

Viniendo desde el frío

Marlon James, en su novela, deja bien claras las connotaciones internacionales de la crisis jamaicana de los años setenta. Los problemas del ghetto tenían sus raíces la guerra fría. El gobierno de Michael Manley se había aproximado a la Cuba de Castro y los Estados Unidos temían que se decantara por políticas comunistas. Marlon James relata cómo los gangs se alían a los partidos políticos, pero también cómo los grupos armados encuentran apoyos en el exterior que quieren promover la desestabilización. Así, entre los personajes de la novela hay espías norteamericanos, algunos de los cuales colaboran con los gangs a extender la violencia. Para entender Jamaica, James la relaciona con Bahia Cochinos, el Xile de Pinochet, la ayuda de la CIA a la contra...

Joven posa junto a un mural con los retratos del Che y Bob Marley, pintados en un camión, en Uagadugú. Adam Jones, Ph.D., CC BY-SA 3.0.

Kaya

En Breve historia de siete asesinatos se cierne por todas partes la sombra del narcotráfico. Los gangs jamaicanos en los años setenta se dedicaban a distribuir marihuana (kaya) por la propia isla. Pero poco a poco se fueron involucrando en negocios más y más fuertes y más y más lucrativos: la cocaína, el crack... Y ya no se limitaron al mercado local, sino que colaboraron con colombianos y cubanos para asegurarse el mercado norteamericano. Para, finalmente, verse destruidos en las guerras por el control de la droga: "Alguien tenía que ganar la guerra de la droga, y era evidente que no tenía que ser un negro de un rincón de mundo del Caribe", explica uno de los personajes.

Emboscada en la noche

La violencia que impregna toda esta historia no deja ningún espacio libre. Los amigos acaban traicionándose, y matándose. Los padres son incapaces de defender la vida de sus hijos. La policía mira a otra lado mientras los gangs asesinan... Tampoco el sexo se libra de la huella violenta del ghetto. En Breve historia hay mucho sexo, pero en la mayor parte de los casos éste es tremendamente brutal: violaciones, felaciones a cambio de un poco de droga, mujeres embarazadas por hombres que no las quieren volver a ver, jefes que abusan de sus empleadas... En el texto de James el sexo no rezuma ni un poco de ternura (como el resto de relaciones sociales). Tan sólo presenta una excepción, en una relación homosexual en los Estados Unidos: Marlon James, que se ha proclamado gay abiertamente, aprovecha la obra para denunciar la hipocresía que rodea a la homosexualidad en Jamaica.

Esperando en vano

Marlon James es un narrador genial. Ésta es su tercera novela; la segunda, The Book of Night Women, sobre una revuelta de esclavas en una plantación jamaicana en el siglo XIX, ya fue muy premiada. Breve historia de siete asesinatos ha conseguido el premio Man Booker (que anteriormente han ganado varios autores que más tarde obtuvieron el premio Nobel, como V.S. Naipaul o Alice Munro). Y, a pesar de todo, Una breve... no es un libro redondo: queda muy lejos de Guerra y Paz. James reconoce que empezó teniendo una serie de historias separadas que después unificó. Quizás por eso el resultado es una novela tan monumental: 800 páginas en que es muy fácil de perderse. Algunos relatos no acaban de encajar, como la parte narrada por un fantasma. Buena parte de la obra funciona por acumulación: buenas historias, pero muy parecidas. No hay un auténtico giro narrativo hasta la última parte de la novela. Esta excelente obra hubiera ganado mucho con unos centenares de páginas de menos. Y, pese a todo, es un texto rotundo, contundente e incisivo, que no dejará al lector indiferente.