Durante la guerra civil, Catalunya sufrió muchos bombardeos, pero los peores fueron los de marzo de 1938. De la noche del 16 de marzo al 18 de marzo, durante 40 horas, la aviación italiana descargó 45 toneladas de bombas sobre Barcelona y causó más de medio millar de muertos y más de 1.000 heridos. Fue un "bombardeo de saturación", destinado a las zonas más densamente pobladas de la ciudad, con el objetivo básico de masacrar y atemorizar a la población civil. Un observador británico informó a su gobierno de que "Barcelona está sometida al terrorismo masivo desde el aire", pero también destacó "el coraje" y "la firmeza" de las poblaciones afectadas. El Ayuntamiento de la ciudad ha querido, este año que se cumplen 8 décadas de los hechos, rendir homenaje a las víctimas, y también recordar a todos aquellos que denunciaron los hechos en su época. Hoy se ha presentado el programa de los actos de conmemoración, que tendrá su punto más álgido en el mapping el Árbol de la memoria, que tendrá lugar los días 16, 17 y 18 en la fachada del Ayuntamiento.

Nuestro bombardeo, todos los bombardeos

La conmemoración se lleva a cabo bajo el título "Barcelona bombardeada, 1936-1939. Queremos la paz, no el olvido". Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde, ha afirmado que desde el Ayuntamiento se quiere recordar los bombardeos de la guerra civil, pero al mismo tiempo recordar todos los conflictos abiertos en que los bombardeos sobre civiles todavía están activos. Pisarello ha querido destacar que la gente que huye de los bombardeos hoy no es acogida y que hay políticas que impiden que los que huyen de los bombardeos actuales puedan ser acogidos como lo fueron los barceloneses que huyeron.

El árbol de la memoria

Daniela Arónica, comisaria de la conmemoración y especialista en las representaciones italianas de los bombardeos, italiana afincada en Barcelona, estaba muy interesada en reconstruir la historia de las relaciones bilaterales, incluso en sus aspectos más turbios. Dentro de los actos propuso organizar un gran acto artístico que simbolizara la memoria de los bombardeos, y contó para ello con el artista Xavier Bové. Bové huyó de las interpretaciones simplistas. Decidió no reproducir ni las imágenes de los bombardeos ("como si fuera un videojuego") ni recrearse en el dolor de las víctimas, y decidió hacer una obra "muy conceptual" mediante un espectáculo de vídeo mapping, luz y sonido que reflejara "aquellos tres días de terror y de infamia". La instalación tendrá lugar los días 16, 17 y 18 de marzo en la plaza Sant Jaume, pero la intención es que este árbol de luz se pueda ver desde toda la ciudad.

Un recuerdo en el Born

Ricard Vinyes, comisionado de Programas de la Memoria del Ayuntamiento de Barcelona, ha afirmado que los ciudadanos tienen derecho a conocer y que por eso el programa será mucho más amplio que un simple espectáculo. El Born, el espacio dedicado a la memoria del Ayuntamiento, acogerá una exposición sobre "Una infancia bajo las bombas", comisariada por el historiador Jordi Guixé, en que se analizará el impacto de los bombardeos sobre los niños, incluso a largo plazo, muchos años después del fin del conflicto. Estará abierta de julio a diciembre, y está previsto que reciba visitas escolares a principios del curso 2018/19. El Ayuntamiento ha preparado un amplio programa educativo sobre los bombardeos con la implicación decisiva del MUHBA (que incluye visitas a refugios y a los antiaéreos del Turó de la Rovira, itinerarios por el Poblenou y, obviamente, visitas a la exposición). También se está preparando, con la fundación Pi i Sunyer ha preparado una gran publicación, el libro Barcelona, topografia de la destrucció, de Mireia Capdevila y Laia Arañó, donde se estudia el fenómeno de los bombardeos con la bibliografía y los datos de archivos más recientes, y se complementa con un conjunto espectacular de imágenes.

Desterrar al que bombardeó

La celebración tendrá lugar mientras en la ciudad, en la Zona Franca, todavía hay una calle dedicada a Ramon Franco, hermano del dictador, que participó en los bombardeos sobre Barcelona. Pero la Comisión del Nomenclátor ya ha aprobado su retirada, y en breve se buscará un nuevo nombre para la vía. Paralelamente se ubicarán señales en algunos de los lugares bombardeados por la aviación italiana, como la Escola del Mar, o Sant Felip Neri, donde 55 niños resultaron muerto sun bombardeo. También se instalarán placas en las casas donde nacieron el ingeniero Ramon Parera Comorera y el concejal Manuel Muñoz Díez, organizadores de la defensa pasiva de la ciudad, que garantizó la construcción de refugios mediante la red asociativa local. Gracias a su esfuerzo se salvó la vida de muchos barceloneses.

Mirar el cielo sin miedo

Algunos de los supervivientes de los bombardeos se pasaron décadas encogiendo los hombros cuando oían el vuelo de un avión. Quizá hay algunos que todavía lo hacen. Con esta conmemoración se quiere que los barceloneses puedan, de nuevo, mirar al cielo sin miedo.