El pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha tumbado este viernes la propuesta de presupuestos para el 2018, de manera que la alcaldesa, Ada Colau, se ve nuevamente obligada a someterse a una cuestión de confianza para poder sacarlos adelante. El voto negativo del PSC, antiguo socio de Barcelona en Comú, ha sido decisivo para rechazar las cuentas municipales una vez el equipo de gobierno municipal había llegado a un acuerdo con PDeCAT y ERC que garantizaba la abstención de estos dos grupos.

Tal como ya se apuntaba ayer, la propuesta de presupuestos ha contado sólo con los votos a favor de los 11 concejales de BComú; las abstenciones del grupo Demòcrata y ERC -14-, y el voto en contra de Cs, PP, CUP, el concejal no adscrito (Gerard Ardanuy, Demócratas) y PSC -16. El líder de los socialistas, Jaume Collboni, ya anunció el jueves el voto negativo de su grupo después de descartar abstenerse, una decisión que llevaba al fracaso la propuesta presupuestaria de los comunes.

El 'no' del PSC llega después de que en noviembre BComú decidiera romper el pacto de gobierno con los socialistas por el apoyo de esta formación a la intervención de la Generalitat de Catalunya por parte del Gobierno español a través del artículo 155.

Ahora, Ada Colau tendrá que recurrir por segundo año consecutivo a una cuestión de confianza para aprobar las cuentas, donde asegura que incluirá las aportaciones acordadas con los grupos con los que las ha negociado. El procedimiento para aprobar las cuentas mediante una cuestión de confianza se pondrá en marcha en el pleno extraordinario que ya ha sido convocado para el viernes 2 de febrero; después, la oposición tendrá un mes para acordar un alcalde y un Presupuesto alternativo: si no lo consigue, un hecho previsible dados los actuales equilibrios, las cuentas de Colau se aprobarán automáticamente al acabar este plazo.

Reproches de Pisarello a Collboni

El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha reprochado el voto contrario al PSC, y se ha preguntado si sus razones son "únicamente personales, por la subalternidad con un PSOE que desgraciadamente ha renunciado a ser oposición al PP, o por complejos excesivos ante un Cs que no tiene nada que ver con la que ha sido la tradición catalanista mayoritaria del PSC".

Ha exigido al líder socialista, el exteniente de alcalde Jaume Collboni, que no les dé lecciones por la izquierda, y le ha avisado de que "no es creíble ni constructivo que en dos meses hayan pasado del voto a favor al contrario", ya que el PSC avaló las cuentas cuando aún estaba en el Gobierno municipal, del que fue expulsado por el apoyo socialista a aplicar el artículo 155 de la Constitución.

Abstención de PDeCAT y ERC

La concejal del grupo Demòcrata Sònia Recasens ha alertado a la alcaldesa, Ada Colau, que juega con la equidistancia y los resultados lo demuestran, pero Barcelona "no puede gobernarse así", y ha justificado que su grupo hace una abstención técnica -ha dicho- para no colapsar la ciudad y avanzar con el diálogo.

El líder de ERC, Alfred Bosch, ha dicho que Colau ha abdicado de gobernar y que la ciudadanía ven que los únicos con voluntad de negociar y gobernar son ERC y PDeCAT -"los que hasta ahora estábamos claramente en la oposición, y que ya nos nos ven casi como gobierno", ha avisado-.

Acordar con los independentistas

La líder de Cs, Carina Mejías, ha lamentado que BComú no haya dialogado con todos los grupos para un acuerdo: "No es momento para la arrogancia, sino para el consenso", y ha criticado que las cuentas no favorecen a los sectores que crean riqueza en la ciudad, ya que mantienen la presión fiscal al máximo, según ella.

Collboni ha dicho que el Presupuesto no responde al momento que vive la ciudad; que claudica en políticas de izquierdas para unirse a la "lógica independentista"; que el acuerdo de Gobierno que el PSC tuvo con BComú blindaba la ciudad de esta idea; y también ha señalado que el acuerdo con el PDeCAT solo implica el 0,2% de las cuentas -cinco millones de euros-.

El líder del PP, Alberto Fernández, ha puntualizado que su partido presentó 63 alegaciones sobre promoción económica, creación de empleo y aumentar la inversión en los barrios, mientras que Colau no ha defendido los intereses de Barcelona en la Generalitat y "ha cedido ante el independentismo".

La CUP y Ardanuy

La concejal de la CUP Eulàlia Reguant ha dicho que han votado en contra porque las cuentas no permitirán compensar años de externalizaciones y de políticas que rechazan: "Revertir años de políticas patriarcales y neoliberales requieren políticas mucho más transformadoras".

Finalmente, Ardanuy ha lamentado que el Gobierno municipal no ha respondido el documento que le hizo llegar, y ha recordado que el Ayuntamiento es la principal institución no intervenida por el artículo 155 de la Constitución, por lo que debe "liderar el país".