La cuarta convocatoria de huelga en el Metro en menos de seis meses que llevamos de 2016 empieza a calentar de lo lindo los ánimos de los usuarios. La mayoría cargan contra los horarios de la huelga y, a pesar de entender los motivos que llevan a los trabajadores de TMB a hacerla, no encuentran justo que se lleve a cabo en horas punta porque la consecuencia directa perjudica al trabajador. 

Algunos se lo han tomado con humor y han retado a los trabajadores a hacer una huelga a la japonesa, es decir, a trabajar más de lo habitual para aumentar la producción y propiciar una caída en picado de los precios del transporte.

Otros han cargado contra las ya constantes convocatorias de huelga y han puesto de manifiesto que los trabajadores del Metro cobran una media de 38.000 euros mensuales.

Ha habido quien, con ironía, ha soltado que si en catalán la interrupción de la actividad laboral por parte de los trabajadores se llama "vaga", "ya se sabe qué son [estos trabajadores]".

Muchos usuarios, enfadados, han emplazado a los trabajadores del Metro a no "molestar" a los otros. 

Otros han ido más allá y han enviado a "pastar" a los impulsores de la huelga.

También ha habido usuarios que se han mostrado indignados por tener que pagar el billete en un día de huelga en que los servicios no quedan garantizados. Algunos se lo han tomado con humor y han informado directamente a TMB de que no pensaban pagar.

Otros se han quejado porque, al no saber que hoy había huelga, han comprado tarjetas para poder ir al trabajo.

Muchas de las críticas han ido dedicadas a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que la han emplazado a coger el Metro a la hora de la huelga y vivir en su propia piel cómo se viaja en estas condiciones.

Ha habido quien atribuye la huelga y los disturbios de Gràcia directamente al gobierno de Colau.

Finalmente, algún usuario ha aprovechado la ocasión para beneficiarse de la huelga compartiendo una promoción de una conocida aplicación de taxis, con los que las dos partes ganan dinero.