El equipo de arquitectos Jordi Badia & Espinet/Ubach será el encargado de proyectar el nuevo edificio del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) y el futuro campus del hospital, después de imponerse en un concurso internacional de arquitectura.

Este viernes, el conseller de Salud de la Generalitat, Toni Comín, ha sido el encargado de dar a conocer el resultado de este concurso  y ha resaltado que el proyecto ganador es un "proyecto de país" para dignificar el hospital.

Por su parte, el director del VHIR, Joan Comella, ha celebrado que la propuesta se caracteriza por aportar un edificio emblemático, además de apertura a la ciudad, inclusividad, accesibilidad, amabilidad y acogida.

El gerente del Hospital Vall d’Hebron, Vicenç Martínez, ha declarado que “hoy es un día histórico para nosotros. Estamos haciendo una transformación de la organización basada en la participación de los profesionales y centrados en el enfermo”.

El nuevo Vall d'Hebron

El proyecto prevé levantar un edificio de investigación con aires mediterráneos, aprovechamiento de luz, un patio central, una gran azotea y creación de terrazas. Además, también contempla una recepción para aportar dignidad y humanización a la entrada de un hospital que, a primera vista, se puede mostrar hostil.

En este sentido, el proyecto prevé crear un nuevo vestíbulo a pie de la Ronda de Dalt con una plaza cívica delante con agua y esculturas, que podría acoger una nueva parada de metro y paradas de autobús para convertirse en nudo de conexiones y ordenar el tráfico interno. Unos cambios que implicarían cubrir la Ronda de Dalt y que se deberán hablar con el Ayuntamiento de Barcelona.

Jordi Badia, uno de los arquitectos del proyecto, ha señalado que no se trata solo de transformar un hospital y un instituto de investigación, sino de “transformar una ciudad un poco olvidada”. El arquitecto ha definido el proyecto como un “sueño con criterio”  que quiere superar los graves problemas que sufre el hospital.

Otra de las medidas será eliminar el tráfico rodado en el campus, con un gran aparcamiento en la entrada, para que todo el desplazamiento se pueda hacer con transporte público y escaleras mecánicas.

Esta remodelación “idílica” como la define Ubach, puede durar “hasta 40 años a completarse”.