Ada Colau trabajó durante 7 años, hasta febrero de 2015, en el Observatori DESC (de Derechos Económicos, Sociales y Culturales), al cual también estuvieron vinculados varios concejales y cargos del gobierno municipal de Barcelona. El DESC fue el laboratorio de ideas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que lideró, y a partir de la cual impulsó Barcelona En Comú, la candidatura que le sirvió para conquistar la alcaldía. Ahora, el DESC es una de las entidades a las que el Ayuntamiento ha multiplicado las ayudas y subvenciones: recibió un 71,85% más del 2015 al 2016, y un 78,01% entre el 2015 y el 2017, según datos del portal de transparencia del Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona.

El DESC, que preside Jordi Borja, es una ONG fundada en 1998 por varias entidades que trabajaban en cooperación internacional. Firmó un convenio con el Ayuntamiento en la etapa del alcalde Xavier Trias y ha asesorado jurídicamente y en materia de derechos sociales a la PAH, a la práctica integrada en el propio Observatorio, entre otras organizaciones. El DESC se financia sobre todo con recursos públicos. Y en la etapa de Colau en la alcaldía, el incremento de las ayudas que recibe ha sido más que notable. En 2015, incluyendo las subvenciones provenientes todavía del mandato de Trias, el DESC ingresó 150.000 euros vía Ayuntamiento; en el 2016, 254.777 y en el 2017 han llegado a 267.060. En total, 551.793 euros en subvenciones en la etapa de Colau.

En el 2015 y en el 2016, las ayudas al DESC fueron destinadas especialmente al "Projecte Dret a l’habitatge empoderament col·lectiu", con 120.000 euros el 2015 y 90.667 en el 2016. El mismo año 2016, pero con la denominación "Dret a l’Habitatge empoderament col·lectiu i a l’energia", se destinaron 31.135 euros. Y en el 2017, este mismo proyecto recibió 175.256. La vivienda social era una de las promesas estrella del programa con que Colau ganó las elecciones y uno de sus fracasos más clamorosos de su gestión a un año de la celebración de los próximos comicios.

Además de Colau, han estado vinculados con el DESC la flor y nata del gobierno municipal de BComú, todos ellos amigos y conocidos del mundo del activismo social: el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, mano derecha de la alcaldesa, fue vicepresidente; Jaume Asens, tercer teniente de alcalde y concejal de Derechos y Participación, también estuvo en la junta; la concejala de Participación, Gala Pin, trabajó en el área de comunicación; Vanesa Valiño, directora del DESC y pareja de Pisarello, se incorporó como asesora a la concejalía de Vivienda y Águeda Bañón, que también trabajó en comunicación en el Observatorio, la fichó Colau como directora de comunicación del Ayuntamiento. También trabajó en el DESC Carlos Macías, quien, a su vez, relevó a la misma Colau como portavoz de la PAH y ahora ha sido incorporado como asesor en política de vivienda, tal como avanzó El Nacional.

También se han incrementado de manera notable las subvenciones a Enginyeria Sense Fronteres, que ha recibido entre el 2015 y el 2017, en la etapa Colau, un total de 918.532 euros. Entre el 2015 y el 2016, el incremento fue de un 33,33%. Y en el periodo 2015-2017 de un 59,53%. La entidad pasó de recibir 241.437 euros en subvenciones en 2015 a 321.920 en 2016; y 385.175 en 2017.

Enginyeria Sense Fronteres fue la matriz de Aigua És Vida y de la Aliança contra la Pobresa Energètica (APE). Aigua És Vida promueve la municipalización del agua en la multiconsulta que Colau quiere celebrar antes de este verano. Y todas estas entidades fueron impulsadas en su día por otro del hombres fuertes del equipo de la alcaldesa: Eloi Badia, que es precisamente el concejal de Presidencia, Agua y Energía. De hecho, trabajó en Enginyeria Sense Fronteres desde el 2007 en varios proyectos sobre el acceso universal al agua y la energía. Badia conoció en la APE a Tatiana Guerrero, su pareja, incorporada por Colau a la alcaldía. También ha estado vinculada a la APE la cuarta teniente de alcalde y responsable del área de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, miembro de ICV.

La histórica Federación de Asociación de Vecinos de Barcelona (FAVB) es otra de las entidades que ha servido de vivero de políticos y asesores para el equipo de Colau. Entre el 2015 y el 2016 las ayudas municipales a la FAVB, entidad clave en las movilizaciones ciudadanas, crecieron un 17,6%, si bien, en el acumulado entre 2015 y 2017 el aumento fue menor, de un 6,63% en total. En el 2015, la FAVB recibió 212.167 euros en subvenciones, que en 2016 pasaron a ser 249.500; en el 2017, en cambio, bajaron, a 226.225, aunque la cifra no incluye el último trimestre del año. En total, 657.892 euros en subvenciones.