¿Es Íñigo Errejón un depredador sexual? El caso más mediático de comportamiento machista de un político con varias mujeres ha trascendido el ámbito político, que su dimisión no ha apaciguado, y ha entrado en el ámbito penal. De momento todo parecía un asunto morboso de sexo de un político conocidísimo con poder e influencia que ejercía dominio con las mujeres, añadiendo consumo de cocaína y tratos vejatorios. Pero nadie hablaba de sexo no consentido, de agresión sexual, de violación, hasta que un juez de Madrid ha empezado a investigar la denuncia de la actriz Elisa Mouliáa. Errejón es investigado por un delito contra la libertad sexual. Errejón no ha aparecido en ningún sitio desde que publicó su carta donde solo reconocía que el personaje y la persona ya no coincidían, una manera penosa de acabar su carrera: hablando de él y no de las mujeres a las cuales ha hecho daño.
Susanna Griso ha abordado el escándalo en Espejo público este martes y ha hecho públicos dos whatsapps del político de Sumar, ex de Podemos. El primero es el que envió a sus compañeros de partido cuando decidió abandonar la política. Les escribió "Ha sido un orgullo trabajar con vosotros compañeros. Siento el perjuicio". Griso se hacía cruces de Errejón, que no era consciente de lo que le caería encima con todas las malas experiencias que había hecho pasar a varias mujeres, que se sintieron tratadas como un objeto, como muñecas hinchables. Griso recibió en su móvil un whatsapp esa noche de Errejón: "Cuando él saca el comunicado pensé que Errejón tenía una depresión. No entendí que estaba hablando de comportamientos inadecuados con mujeres. Le escribí y él me contestó. Por la noche viendo las denuncias, la que se puso en comisaria y las anónimas, le volví a escribir y le pregunté si quería decirme algo en su defensa, citandole a él o fuentes próximas a él, para contarlo al día siguiente en el programa. Me contestó 'No, gracias'".
La periodista catalana se sorprendía que el ya expolítico no utilizara a Antena 3 para defenderse y que ni siquiera negara las acusaciones. Es evidente que Errejón no las puede negar porque el alud de versiones coincidentes de diferentes mujeres no permite dudar que tiene un problema con las drogas y con el trato vejatorio a las mujeres. Si dio un paso más e incurrió en un delito lo dirá un juez después de escucharlo a él y a la denunciante. Pero el mal ya está hecho, el espacio político de donde salió la ley del "Solo sí es sí" tenía un depredador sexual que utilizaba su poder, su influencia para seducir a mujeres que se sentían atrapadas por una relación tóxica, de dominación. No queda claro que tenga relevancia penal, pero relevancia política la tiene. Griso hizo bien al enviarle un whatsapp. La respuesta de dos palabras es de alguien que se sabe perdido: "No, gracias". Peor eran los mensajes que Errejón enviaba a otras mujeres. Un mal final para uno de los políticos más conocidos del país. Catalunya también se dejó seducir por él porque hablaba catalán.