El coronavirus sigue rodeando Zarzuela. La cosa va de reinas, futuras y pretéritas. Sólo se salva Letizia, al menos de momento. El caso es que si Leonor, futura reina (o no), siente el aliento de la enfermedad por el contagio de una persona en un edificio próximo a su escuela, ahora también sabemos que Sofía, reina pasada, se ha quedado sin poder cumplir completamente con una tradición religiosa: besar los pies de Jesús de Medinaceli. Las recomendaciones sanitarias han cancelado esta parte del acto por el miedo a extenderlo. La Reina ha hecho acto de presencia, pero ha mantenido una distancia considerable respecto de la figura.

Reina Sofía EFE

Reina Sofía EFE

Ahora bien, tampoco se le ha visto muy preocupada por la posibilidad de acabar engrosando la lista de enfermos del maldito virus. Ha saludado a los responsables de la basílica, estrechando manos, recibiendo reverencias y oyendo el griterío del fandom de la Corona. No parece que Sofía tenga miedo, quizás porque vio las noticias de T5 donde cofrades sevillanos aseguraban que los devotos religiosos son inmunes. Bromas aparte, tampoco ha tenido ningún problema en tener contacto con otras personas allí presentes, como cuándo ha acabado de rezar frente al Cristo. Una mujer se le ha acercado con un obsequio modesto, pero llamativo en medio de la psicosis: un pañuelo blanco de tela. Imaginen que, con la emoción del momento, la emérita se despista y se lo acerca a la nariz o la boca. Ay. A alguien le da algo: desde los fans monárquicos allí presentes al os escoltas de la Casa Real, pasando por Juanito, Felipe y compañía, mareados estos días con Corinna y montañas de millones

Sofia Jesus Medinaceli Europa PressSofía Jesus Medinaceli Europa Press

Sofía pañuelo GTRES

GTRES

Reina Sofía Cristo EP

Reina Sofía pañuelo EP

Reina Sofía pañuelo Europa Press

Sí, el pañuelo es decorativo y simbólico, y no está pensado para resfriados, ni gripes, etcétera. Tampoco están recomendados para el coronavirus. Recuerden: sólo se deben utilizar los de papel. Pero España y el mundo vive aterrado con todo lo que rodea a la enfermedad. Si llega a ponerlo en la manga del vestido, tenemos estampida en el centro de Madrid.