Lejos de disminuir, la tensión entre Shakira y Gerard Piqué continúa escalando rápidamente. Aunque oficialmente han tomado caminos distintos, todo indica que la artista colombiana aún tiene el control absoluto sobre muchos aspectos de la vida del exfutbolista. Y no solo eso: Clara Chía, la joven que conquistó el corazón del empresario catalán, sigue estando casi completamente al margen de lo que él considera lo más importante en su vida: su vínculo con sus hijos.
Mientras la cantante triunfa en cada ciudad que pisa con su gira Las Mujeres Ya No Lloran World Tour, las decisiones relacionadas con la crianza de Milan y Sasha siguen bajo su estricta supervisión. Según fuentes cercanas, Shakira impone férreas condiciones a la hora de organizar los encuentros de los niños con su padre, lo que está generando malestar constante y una sensación de impotencia entre los Piqué.

Resignación y secretos en la familia Piqué
Detrás del telón mediático se esconde el dolor de Montserrat Bernabeu y Joan Piqué, quienes apenas pueden ver a sus nietos. Aquella relación cálida y cercana que mantenían con los pequeños parece haberse esfumado desde que la cantante se instaló en Miami, una decisión que rechazaron rotundamente. Además, añaden que cada despedida resulta muy dolorosa, y que la pareja de abuelos vive con resignación el distanciamiento que se ha creado.
Por otro lado, en una cena reciente organizada por Piqué en una crepería, Clara Chía brilló por su ausencia, lo que ha generado todo tipo de comentarios. Y es que la joven, a pesar de mantener una relación consolidada con el exfutbolista, aún no ha sido presentada oficialmente a sus hijos, una decisión que parece tener la firma de la mismísima Shakira. Según personas cercanas, la cantante colombiana ha dejado claro que Clara no tiene lugar en la vida de sus hijos.

Clara Chía, entre la invisibilidad y la presión emocional
En medio de este tenso equilibrio, Piqué intenta refugiarse en lo único que aún puede controlar: sus negocios. El Club Andorra, del que es máximo accionista y segundo entrenador, ha logrado el ansiado ascenso, y el exfutbolista lo ha celebrado junto a Clara Chía entre viajes y fiestas privadas por Galicia. León, A Coruña, y Cerdanya han sido testigos del romance que, si bien parece fuerte, se ve constantemente salpicado por la presencia de Shakira.
Fuentes del entorno aseguran que la cantante ha llegado a alterar las agendas familiares en función de sus giras, lo que obliga a Piqué a hacer malabares si quiere ejercer como padre. Una dinámica en la que, irónicamente, Shakira sigue siendo la que da las órdenes, dejando a Clara en un incómodo segundo plano.
A pesar de la imagen serena que intenta proyectar, Clara Chía no estaría soportando con facilidad la presión pública. Cada canción, cada entrevista o gesto de Shakira parece diseñado para incomodar a la pareja. Especialmente polémicos fueron los conciertos en los que la artista y sus fans lanzaron indirectas envenenadas contra Piqué, con alusiones que, según testigos, hicieron mella en el ánimo de la joven catalana.
Aunque Piqué llegó a pedir a su ex que bajara el tono, la cantante ha cedido solo en parte, ya que ella aún mueve los hilos. Las decisiones importantes sobre los hijos, las apariciones públicas y hasta los viajes, siguen dependiendo de la aprobación –o veto– de Shakira.