Lo que prometía ser un reencuentro familiar marcado por el recogimiento y la memoria de María Teresa Campos acabó en un auténtico terremoto emocional. Durante la pasada Semana Santa en Málaga, el plan de Terelu Campos de reunir al clan en una imagen de unidad se derrumbó estrepitosamente. El motivo: la batalla campal sin filtros entre su hija, Alejandra Rubio, y su sobrino, José María Almoguera. El conflicto entre los primos ha dejado de ser una riña interna para convertirse en un espectáculo digno del prime time.
Todo estalló cuando Alejandra arremetió con dureza en “Vamos a Ver”, acusando a José María de “oportunista” y de lucrarse a costa del dolor familiar. "Cree que hacemos lo mismo y para mí no, yo no he vendido exclusivas hablando de mi familia ni hablando mal de mi madre ni he entrado en un reality. Comento sobre mi familia igual que el resto de los temas", afirmó Rubio. Su tono arrogante, su actitud de víctima y su desdén hacia los medios causaron sorpresa, sobre todo viniendo de alguien que ha construido su vida —y su fortuna— bajo el respaldo de esos mismos medios y el dinero que generan. Sin embargo, la respuesta no se hizo esperar: José María Almoguera, hasta hace poco un personaje en la sombra, respondió públicamente y sin rodeos, dejando en evidencia las contradicciones de su prima.

Las Campos al límite: ¿ruptura familiar o estrategia televisiva?
El conflicto ha hecho mella en las verdaderas protagonistas de esta historia: Terelu y Carmen Borrego. Las hermanas atraviesan una de sus etapas más difíciles desde que los focos las consagraron como las herederas del imperio mediático de María Teresa Campos. Las constantes pullas entre sus hijos no solo las colocan en bandos enfrentados, sino que las arrastran a un dilema: ¿proteger la intimidad familiar o explotar el drama para volver a reinar en la televisión?
La respuesta podría estar más cerca de lo que parece. Productoras y revistas ya están tanteando la posibilidad de una gran exclusiva enfrentando a Alejandra y José María en un mismo plató. Sin duda, sería un formato imbatible: cada minuto en el aire se traduciría en una fortuna en derechos televisivos, mientras las audiencias se disparan como en los mejores años de “Sálvame”.

De madres en conflicto a reinas del prime time: el negocio que une a las hermanas
Ahora bien, por más que se insista en el discurso de la discreción, los movimientos mediáticos de ambas hermanas apuntan a un guion cuidadosamente diseñado. Porque, en el fondo, lo que hoy las separa como madres, podría unirlas como estrategas televisivas. Así, lejos de apaciguarse, la situación promete escalar. Según fuentes cercanas al entorno, cada participación de los protagonistas del conflicto podría generar entre 10.000 y 20.000 euros por exclusiva, sin contar campañas en redes, portadas de revistas y contratos publicitarios. Con este panorama, resolver el problema a puerta cerrada no parece la opción más rentable.
Mientras tanto, Terelu y Carmen ensayan su papel más complicado: el de madres divididas y hermanas en vilo, atrapadas entre la sangre y el share. Lo cierto es que esta guerra no es solo un problema de familia: es una mina de oro televisiva. Y cuando hay tanto dinero en juego, la reconciliación suele llegar... pero con contrato firmado.