El problema de tener un jefe del Estado no elegido sino heredado es que 1) no lo pueden echar cada 4 años, y 2) si es tonto, pijo e incapaz te lo comes con patatas. España no tiene suerte con sus tres últimos jefes de Estado: un dictador asesino, un ladrón adicto al sexo y un alienado. Franco, Juan Carlos y Felipe, el trío que nadie escogió. Puestos a escoger, parecía que Felipe sería el menos absurdo, pero Pilar Eyre acaba de explicar una anécdota del rey Felipe VI que recuerda en manos de quién está España: un extraterrestre, un niño pijo de 54 años.

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Felipe VI / EFE

Escribe Eyre en su imprescindible blog de Lecturas qué hizo Felipe cuando fue a visitar a su familia política, la madre de su suegra, la abuela de Letizia, en Asturias. Un detalle que explica cómo es el rey, así se comportó en la cocina de una casa mucho más humilde que las que frecuenta "Me contaban hace poco en Asturias que la primera vez que Felipe fue a ver a la abuela de su novia le preguntó si podía ir el personalmente a coger las bebidas de la nevera. La nieta le aclaró a Menchu el porqué de este capricho: “no ha abierto una nevera en su vida y le hace ilusión”. Desde el salón en completo silencio oyeron el clic clic de la puerta del frigorífico al abrirse y cerrarse. Varias veces". No cuesta imaginar qué opinión tienen del rey después de verlo comportarse como un border line, abriendo y cerrando el frigorífico repetidamente para disfrutar de un gesto que hace cada persona normal varias veces al día. El rey no lo había hecho nunca hasta los 40 años, Así de sobreprotegido, pijo y banal es el jefe del Estado. No conoce nada, no se entera de nada.

Nevera
Nevera
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Felipe VI / EFE

Así debe mirar Felipe un frigorífico, como si viera a un alienígena. Toda la infancia, la adolescencia y la edad adulta sin abrir una nevera. A cualquier hora del día y la noche se lo hace el servicio, pagado por todos los españoles. Un detalle revelador. El resto de la columna de Pilar Eyre es una maravillosa y delicada crítica a cómo siguen escondiendoa  Leonor y Sofía de la realidad. Ocultan a las dos adolescentes, por miedo no se sabe exactamente de qué. Eyre: "Conocíamos más el carácter de los hijos de Juan Carlos que del de Leonor y Sofía ahora. Sus escasas apariciones públicas, rodeadas de fuerzas de seguridad, con la única compañía de funcionarios del gobierno y con discursos cuidadosamente preparados no nos muestran cómo son nuestras princesas. Es evidente que el deporte no figura entre sus aficiones,  ni la vela ni el esquí, aunque ahora han asistido a un evento deportivo, un partido de futbol entre Dinamarca y España".

Leonor y Sofía Inglaterra EFE
Leonor y Sofía en Anglaterra EFE

"Han posado con las jugadoras, aunque no se han filtrado las conversaciones ni los comentarios. Da cierta pena constatar que los periodistas, faltos de material sobre el que hincar el diente, nos tiramos a lo fácil y desmenuzamos su ropa, su peinado, sus zapatos".  Acaba con una crítica a Letizia, la responsable de esta cargante sobreprotección: " "Debemos darnos cuenta, y Letizia también, de que los altares están muy bien, pero para santos y vírgenes. Y que cuanto más desmesurados sean nuestros elogios más alejamos a Leonor y Sofía del común de los mortales y más inaccesibles las volvemos, además de que el halago constante debilita. Como decía su bisabuelo, nunca un mar en calma hizo buenos marineros". Así las chicas corren el peligro de no abrir una nevera hasta los 40 años y hacer el ridículo el día que lo hagan.