El jefe del Estado ya tiene oficialmente un caso de corrupció propio. No es el caso Urdangarin, que afectaba al cuñado de Felipe, sino el caso Juan Carlos, que afecta a su padre y la legitimidad de la institución. Felipe ha escogido un camino poco ético: avisa de que renunciará a la herencia económica de su padre cuando muera, no lo puede hacer ahora, pero no renuncia a la otra parte de la herencia: la Corona. Un absurdo. O todo o nada.

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GTRES

Todo ya se sabía y se sospechaba. Hace años que se habla del rey Juan Carlos como comisionista y como posible delincuente de fraude fiscal y blanqueo de capitales. Ahora que ya puede ser juzgado en el Tribunal Supremo por delitos cometidos después de la abdicación, tiene abogado y salen a la luz portadas censuradas que lo hacían explícito. La de la revista catalana El Jueves de junio del 2014, la semana de la abdicación:

Judías Entera

Esta portada no salió al mercado. El grupo editorial propietario de la revista lo impidió y destruyó 60 mil ejemplares que ya estaban impresos. Ahora uno de los dibujantes que abandonó la revista por aquella censura, la recuerda, Manel Fontdevila:

El autor de la portada, que también se fue, es el catalán Albert Monteys y explicó que la revista tenía la "prohibición expresa de hablar en portada de la Casa Real". Les dijeron: "En el interior podéis hacer lo que os pete". Ahora se demuestra que la portada era absolutamente real y que la Corona española que hereda Felipe podría incluir dinero negro, evadido fiscalmente y de origen ilícito. Una corona corrupta y llena de mierda.