Con todas las miradas puestas en lo que se está viviendo en el Congreso de los Diputados y en el Senado, la noticia de la admisión a trámite del recurso del PSOE al veto del Parlament a designar senador a Miquel Iceta ha pasado casi desapercibida. Y decimos casi, porque afortunadamente Pilar Rahola siempre está alerta. Pasaban poco más de 5 minutos desde que la noticia empezaba a ocupar pequeños rincones en los medios de comunicación, los suficientes para Rahola, que ya se huele el tejemaneje entre el Tribunal Constitucional y el Gobierno: "Si @miqueliceta consigue ser senador por imposición del TC y en contra de la mayoría del @parlamentcat, la vergüenza será inmensa."

Miquel Iceta paraïgua @miqueliceta

@miqueliceta

Más claro, agua. Rahola se avergüenza ante un biscotto, que dirían los italianos, de proporciones épicas. Un tribunal de clara ascendencia política en connivencia con un gobierno para laminar la voluntad de un Parlament soberano, que rechaza la cortesía parlamentaría para alguien que ha demostrado cero empatía con buena parte de sus compañeros de escaño. Compañeros encarcelados, por cierto. Y un gobierno, el español, que ha ganado las elecciones en España, pero no en Catalunya. Su mejor arma, como ya demostró el infame Jorge Fernández Díaz, es el Constitucional, "que te lo afina". Ahora parece que saldrá en defensa de Iceta, que se quedó a un palmo del caramelo más goloso de su vida: Uno de 200.000 euros al año, aproximadamente. ¿Vergüenza? La red ha respondido a Rahola dudando de que todavía queden existencias.

Veremos cómo se resuelve el Icetagate, una vez designadas las presidencias del Congreso (Meritxell Batet) y Senado (Manuel Cruz). Dos catalanes ocupan las cámaras, pero quizás eso no es suficiente para el enrabiado Iceta, el del 155. ¿Acabará haciendo aquello de "quítate tú para ponerme yo" con su "sucesor" Cruz? Parece que al culebrón todavía le faltan un par de capítulos.