Con el fallecimiento de Emma Penella y Mariví Bilbao, y la retirada de las cámaras de Gemma Cuervo por su edad, ‘La que se avecina’ se quedó sin representación senior hasta que llegó Petra Martínez. Costó encontrar una actriz que pudiese cubrir el hueco dejado por las tan queridas actrices. Sin embargo, poco tardó en meterse a los espectadores en el bolsillo. Petra llegó a Mirador de Montepinar para hacer imposible la vida de todos los vecinos, especialmente de Antonio Recio y Berta Escobar.

Con el éxito de la serie, Petra Martínez está viviendo una segunda juventud y se muestra encantada y agradecida. La reconocen por la calle y le piden fotografías y autógrafos. A sus 78 años es la mujer de moda. Y no solo en televisión, también en sus redes sociales. Podríamos llamar a Petra influencer. Gracias al éxito de la serie, la actriz acumula 186.000 seguidores en su Instagram.

El lado más personal de Petra Martínez en redes sociales 

Petra Martínez utiliza su Instagram como una especie de diario personal donde comparte sus reflexiones. Es una forma de desahogarse y compartir un pedazo de su vida con sus seguidores. Junto a cada texto publica una fotografía. Se muestra siempre entrañable y cariñosa, y descubrimos su faceta más tierna y cordial. Desde luego que Petra no tiene nada que ver con Doña Fina Palomares.

Eso sí, entre publicación y publicación, también hay espacio para el humor. El pasado mes de enero Petra colgó una foto en la que emulaba la bajada de escaleras El Joker en las inmediaciones de su casa. “Esta foto me la ha hecho mi nieta y me gusta mucho”, explicaba la actriz. La imagen acumula más de 12.000 likes y 200 comentarios.

En sus redes sociales también comparte algunos momentos más personales donde aparecen su marido, el también actor Juan Margallo, sus hijos Juan y Olga (él trabaja en iluminación de espectáculos y ella es actriz) y, por supuesto, sus nietos.  

Petra tiene una vida plenamente feliz. Hace un tiempo tuvo unas palabras de agradecimiento a su marido. "Hemos pasado por muchas etapas. Es maravilloso estar en el mismo apogeo. Llevamos 52 años juntos y llega un punto que uno ya no sabe si una anécdota es propia o del otro. A nosotros nos ha venido muy bien, hemos disfrutado y seguimos haciéndolo. Discutimos, reímos, pero sobre todo, nos reímos mucho. Nos podemos enfadar y al día siguiente te pides perdón y ya está", recordaba en una entrevista.