Han sido veinte días de pesadilla para Nicolás Sarkozy y su familia. El expresidente de Francia, de 70 años, ha salido de la prisión de La Santé, en París, tras cumplir tres semanas de reclusión, y su aspecto ha causado gran impacto. “Está irreconocible”, han asegurado varios testigos a la prensa francesa. Demacrado, con el rostro pálido y gesto cansado, el antiguo jefe de Estado ha abandonado el penal en silencio, sin dirigir palabra alguna a los periodistas que aguardaban su salida.
A su lado, Carla Bruni, su esposa, ha mostrado una imagen igualmente afectada y frágil. La cantante y ex primera dama, de 57 años, llevaba días esperando este momento. Se la vio contenida, vestida de negro, sin maquillaje y sin sonreír. Su presencia en la puerta del centro penitenciario fue discreta, pero su rostro lo decía todo: angustia, cansancio y alivio. Bruni no respondió a las preguntas de los medios. Simplemente, abrazó a su marido y subieron juntos al coche oficial que los llevó a su residencia parisina.
Sarkozy sale de prisión después de 20 días recluido
Sarkozy había sido condenado el 25 de septiembre a cinco años de prisión, acusado de financiación ilegal en su campaña presidencial de 2007. Según la justicia francesa, parte del dinero habría provenido del régimen de Muamar Gadafi, en Libia. El tribunal ordenó su ingreso inmediato el pasado 21 de octubre, una decisión que conmocionó al país y marcó un precedente histórico: era la primera vez que un exmandatario francés ingresaba en prisión. Al final, su defensa logró revertir la sentencia bajo el pretexto de que no presentaba riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas.
Durante su estancia, el político habría vivido momentos difíciles. Según fuentes judiciales, pasó la mayor parte del tiempo aislado por motivos de seguridad. En una comparecencia por videoconferencia antes de su liberación, Sarkozy reconoció que los días en prisión habían sido “muy duros y agotadores”, aunque agradeció al personal penitenciario por su trato. “He aprendido mucho sobre el silencio y la soledad”, habría dicho con voz serena.
Carla Bruni también mostró un aspecto preocupante
Mientras tanto, Carla Bruni atravesaba su propio calvario. Amigos cercanos aseguran que estuvo “muy angustiada” y sin apenas dormir durante las tres semanas que su marido estuvo encarcelado. En redes sociales circularon videos grabados por internos, en los que se lanzaban insultos y amenazas contra Sarkozy. “Teme que algo pueda pasarle, incluso con tanta vigilancia”, contó un allegado al diario Le Parisien.
En casa, lo esperaba su hija Giulia, de 14 años, con quien el político ha pasado las primeras horas en libertad. Fuentes próximas a la familia aseguran que se encuentra debilitado, delgado y abatido, pero decidido a defender su inocencia. “Sigue siendo un hombre digno, valiente y fuerte”, escribió Carla Bruni en una carta abierta días atrás.