Mónica Naranjo nunca ha pasado página del gran drama de su vida, el momento más triste que ha vivido nunca: la muerte de su hermano Enrique el año 2007. Un 'shock' que tuvo consecuencias más allá de su vida familiar. Profesionalmente, la cantante de Figueres tiene una espina clavada que le impide cantar desde entonces las canciones de su álbum 'Chicas malas'. Pero, ¿qué tiene que ver esto con el fallecimiento de su hermano?

Con un vídeo desgarrador a través de Instagram, la artista ampurdanesa ha denunciado la cara oculta de la industria musical. Mónica Naranjo grabó el disco 'Chicas malas' en el año 2001, cuando ella tenía 27. Al mismo tiempo que trabajaba en este álbum, Enrique fue ingresado en el hospital. Y la cantante fue víctima entonces del papel lamentable de las discográficas. Una situación deplorable que ahora explica así:

"Mi hermano Enrique enfermó durante la grabación de ‘Chicas Malas’. Se puso muy enfermo. Paré la grabación y me fui con él al hospital. No sabíamos si iba a salir vivo o muerto. No quería dejarlo solo. Me pasé la vida en el hospital", recuerda con la voz entrecortada. Pero Mónica Naranjo es top ventas y algunas marcas no estaban dispuestas a perder ni una pizca del negocio mientras la cantante estaba con su hermano: "Desde las discográficas empezaron a presionar. Amenazaron con denunciarme si no volvía al estudio a seguir con la grabación. Me vi obligada a dejar a mi hermano solo en esa planta de hospital".

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Mónica Naranjo confiesa que todavía recuerda la última mirada que su hermano le lanzó en el hospital. Sobre el mal trago que le hicieron pasar las discográficas, la Pantera de Figueres no olvida: "Es algo que me han hecho detestar. Vi un rasgo tan deshumanizado dentro de la industria, a pesar de que sabían la gravedad de la situación. ¿Cómo no te va a dar asco este trabajo? Si automáticamente te lleva ahí, a esa despedida. Y años más tarde mi hermano murió. ¿De qué me sirve a mí hacer el ejercicio de tocar un disco así si solamente me mueve dolor?". Enrique murió con tan sólo 29 años, víctima de una depresión. En una entrevista en 'La Vanguardia' en el 2011, Naranjo lo explicaba así: "Decidió que no quería vivir más. Era mi mejor amigo".