Aunque algunos, como el comité de competición, pretendan atacar al Girona por lo civil o lo criminal, sancionando a David López con cuatro partidos por decir las verdades sobre un árbitro, Ortiz Arias (Jordi Basté, atónito, ha estallado al saber la sanción: "Qué escándalo, qué indecencia... Es la mili: "al coronel ni se le tose"), no lo conseguirán. El conjunto entrenado por el maravilloso Míchel ha enamorado a todo el mundo, especialmente en Girona, evidentemente, pero también en el resto del país. Todo el mundo ha caído rendido a los pies del conjunto gerundense, todo el mundo embelesado con su juego, con sus goles (el que más ha hecho) y en ver cómo al final de la primera vuelta el equipo catalán es colíder empatado a puntos con el Real Madrid y con siete puntos de ventaja sobre el Barça, que es tercero. Girona enamora. O cómo cantan sus aficionados con el himno: "Girooooona... Oooooooo... Oooooooo... Eeeeeendavant"!.

Una de las pruebas fehacientes por las que es fácil comprobar la pasión y locura que hay en todas partes por el Girona es ver cómo miles y miles de niños de todo el país lucen orgullosos la camiseta del club. Niños y niñas de Girona, padres y madres, abuelos y abuelas, vistiendo la camiseta de franjas rojas y blancas. El regalo estrella por Navidad y Reyes. Agotada en las tiendas. Todo el mundo enloquecido por vestir con sus colores y por llevar en la espalda el nombre de algunos de sus ídolos: Savio, Aleix Garcia, Yan Couto, Iván Martín, Stuani, Tsygankov, Dovbyk o el jugador que este año ha sido una revelación, que ha acabado de estallar, que es el indiscutible mejor lateral izquierdo de la competición: el jugador de la cantera del Real Madrid, Miguel Gutiérrez.

El jugador madrileño está jugando como los ángeles. Hace las delicias de los aficionados de Montilivi y todo el mundo ha caído rendido a su juego. También en La Resistencia de David Broncano, que no han dudado en invitarlo, demostrando que también le va el cachondeo y que se siente igual de cómodo encima del césped que en un plató de televisión, con total sintonía y buen rollo con el presentador... Incluso, con un balón de por medio:

Un Broncano que, evidentemente, le hizo las dos preguntas marca de la casa: dinero que tiene en el banco y relaciones sexuales los últimos 30 días, incluyendo "petting, coito y mastrubación." Al oír esta palabra, Miguel le niega la mayor: "Paja no", dice de manera rotunda. "Es que nos ponen en habitaciones compartidas cuando vamos de viaje". Y revela qué pasó en una de estas concentraciones: "Pasó hace años, no te voy a decir quién, en la cantera (del Reial Madrid), le dije: 'Me bajo al fisio a tratarme'..., pero se me olvidó el móvil en la habitación, y volví a subir y estaba ahí como un mono... Esto pasó, esto pasó":

Quizás Miguel Gutiérrez va como una moto cuando juega precisamente por su promesa de no hacer nada parecido a los monos antes de los partidos, que dicen que te quita fuerzas... sobre todo si compartes habitación con un compañero de equipo. Miguel Gutiérrez, crack absoluto.