El drama entre Kim Kardashian y Kanye West ha vuelto a explotar, esta vez con una fuerza demoledora que podría redefinir el equilibrio de poder en una de las separaciones más mediáticas de la última década. Mientras el rapero se desmorona públicamente en redes sociales, la empresaria ha optado por una estrategia calculada: el silencio... por ahora.
Todo estalló cuando Kanye West rompió su silencio en una transmisión en vivo donde, visiblemente afectado, aseguró que la socialité le impide ver a sus hijos: North, Saint, Chicago y Psalm. “Voy a buscar a estos niños, hermano. Estoy hablando con los abogados… Llega un punto en que no pierdo la maldita cabeza y tengo que acostumbrarme a no ver a mis hijos”, dijo el artista, con tono de frustración y desesperación. Aunque sus palabras parecían fruto de una emoción desbordada, no tardaron en encender las alarmas legales y emocionales del clan Kardashian-Jenner.

Silencio mediático y estrategia legal: el golpe maestro de Kim Kardashian
Pero mientras Kanye West arremete contra su expareja ante millones de seguidores, Kim Kardashian prepara su contraataque con precisión quirúrgica. Según fuentes cercanas a la estrella de The Kardashians, Kim estaría dispuesta a solicitar la custodia total de sus hijos, una medida extrema motivada por la creciente inestabilidad del rapero.
“Ella está en una posición muy difícil cuando realmente tiene que copaternizar con él. En este momento, él está muy distraído y ella no quiere decir nada malo sobre él, pero la seguridad de sus cuatro hijos es lo que está [motivando esta decisión]”, reveló un informante a ‘Us Weekly’. Y es que los últimos arrebatos del cantante, sumados a sus declaraciones donde acusa a la hermana de Kylie Jenner de pertenecer a una “mafia” que manipula a los niños como “plataformas para influenciar a la gente”, no han hecho más que agravar la situación. Para Kim, la seguridad de sus hijos está por encima de cualquier vínculo emocional con su exmarido.

Kanye West, al borde del colapso: redes sociales, paranoia y acusaciones incendiarias
Lejos de calmar las aguas, Kanye West ha intensificado sus ataques, asegurando que ha perdido todo control sobre la crianza de sus hijos. “No quiero solo ver a mis hijos… Necesito criarlos, necesito tener opinión sobre dónde van a la escuela, quiénes son sus amigos y en qué casas se quedan a dormir. Si mis hijas usan lápiz labial y perfume”, afirmó, antes de acusar a Hulu y Disney de estar implicados en una supuesta conspiración junto a Kim. Sus palabras, que rozan la paranoia, han generado preocupación incluso entre sus más fieles seguidores.
En varias ocasiones, el rapero ha comparado su situación con una “cárcel de visitas supervisadas”, una afirmación que ha provocado indignación en el entorno Kardashian. Los abogados de Kim ya estarían analizando cómo estas declaraciones podrían influir en el proceso legal que se avecina. Porque si algo parece inevitable en este punto es el juicio por la custodia.
Mientras Kanye West expone sus emociones sin filtro, Kim Kardashian sigue fiel a su estilo: discreta, silenciosa, pero letal. Detrás de cámaras, los preparativos avanzan. El equipo legal de la empresaria ya trabaja en una ofensiva jurídica que podría dejar al rapero sin ninguna capacidad de decisión sobre sus hijos. El argumento: su comportamiento errático, su inestabilidad emocional y sus declaraciones públicas que demostrarían el impacto negativo de ‘Ye’ en la vida de los pequeños.