Para celebrar el Día Mundial de la Radio las diferentes emisoras hicieron una programación especial. Y de entre todas las ofertas, hace siete años que destaca la de RAC1, desde que un buen día se les ocurrió sacudir la radio y ponerla patas arriba. Antes, cambiando los presentadores de su parrilla. Y este año, haciendo por primera vez toda la programación de RAC1 fuera de los estudios. De 9 de la mañana a 1 de la madrugada, 16 horas de radio en directo en el Palacio de Congresos de Barcelona, en el Recinto de Montjuïc, en un piso creado para la ocasión que simulaba pertenecer al fichaje estrella de esta temporada, Marc Giró.
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Por aquí desfilaron los presentadores de la emisora y decenas de invitados, algunos, como David Selvas, a quien Giró dijo que tenían "un polvo pendiente". Un show radiofónico y visual en streaming y el canal de YouTube, que hizo posible cosas que cualquier otro día no lo serían. Es la magia de un día como este. Por ejemplo, ver a Josep Bou y Bel Olid intercambiando papeles y participando de un roast battle bien curioso. Esta práctica habitual en los programas de humor consiste en duelos dialécticos donde los combatientes hacen sangre, metafóricamente hablando, defendiendo una postura y criticando a la contraria.
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Una boutade, un divertimento sin más, que despertó las sonrisas de los espectadores, especialmente, por ver a alguien tan patriótico y defensor de la unidad de España, como Josep Bou, intentando defender la estelada con la misma vehemencia. Mientras Olid defendía que tenemos que seguir "siendo súbditos del reino de España, poder luchar contra los estereotipos y salvaguardar todas las lenguas dentro de la unidad de España", mientras utilizaba el patriótico argumento de "¿Qué pone en tu DNI"? o elogiaba a los Borbones ("ser súbdito del reino de España es más cómodo, te dicen las cosas y no hace falta que tengas ideas"), Bou salpimentaba su intervención con frases como "Soy un hombre que amo a la alcaldesa de Vic. Los catalanes somos mucho más importantes. ¡Que se jodan los españoles! Que no nos compren. Y si perdemos millones, es igual, Catalunya somos capaces de subsistir".
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El argumentario de Bou, tirando de clichés: "Los españoles no tienen razón. Tenemos que dividir a los catalanes. Yo tengo trece apellidos catalanes. Los catalanes tenemos que bailar una sardana, e ir con barretina. Catalunya nunca saldría de la Unión Europea, os lo garantizo. ¿Y los Borbones? Los catalanes nos equivocamos al votar la constitución, pero qué bien habló la princesa de Girona en nuestra querida lengua, los puñeteros saben", reconocía un Bou a quien a menudo le salía el monárquico que lleva dentro. Sea como sea, un ejercicio inocente y sin malicia que fue curioso.