Jennifer Aniston es, a mucha distancia, la gran triunfadora de los seis protagonistas de Friends. Mathew Perry ha caído en el alcoholismo y las drogas, Courteney Cox se arrepiente de haber-se detrozado la cara a cortes de bisturí, y el resto han seguido haciendo papeles minúsculos en series y películas de serie B. La única que ha tenido una carrera coherente, estancada pero bonita es ella, la rubia que abría la careta de la sitcom más recordada. Claro que si buscas en el diccionario la definición de la palabra "encasillada" sale la foto de Jennifer Aniston. Siempre interpreta el mismo papel, la vecina guapa-pero-no-excesivamente, enamoradiza y buena chica. Su fisonomía no le permite hacer el papel de mala, de madre o de loca. Una lástima. Pero ella se rebela y acaba de protagonizar la portada de diciembre de la revista Allure. Impresiona:

Levantando la axila y luciendo un mini bikini, pero mini en el sentido literal, casi son dos tapa-pezones de la marca Chanel. Y un titular que lo dice todo: "En este punto, no tengo nada que esconder". Nunca en la vida ha protagonizado un desnudo en pantalla. Ni por exigencias del guion. Tampoco se ha dejado rapar la cabeza como Sigourney Weaver en Alien 3. Su melena es moda. Intocable. Pero en la portada luce casi desnuda. La revista advierte que "Jennifer Aniston no está aquí para disimular o bailar en torno a su verdad. Para su quinta portada de Allure, la actriz de The Morning Show y fundadora de LolaVie se abre sobre los conflictos familiares y recoge las piezas de la pérdida personal. Pero ha salido más fuerte del otro lado y no tiene ningún arrepentimiento, aparte de desear haber sido más amable con la Jennifer más joven. "Me siento mejor en lo que soy hoy, mejor de lo que lo fui nunca a los 20 y 30, incluso a los 40. Teníamos que dejar de decirnos malas mierdas. Algún día tendréis 65 años y pensaréis. , me veía muy bien a los 53 años". Y tiene razón. Se queda corta. Está muy y muy bien a los 53.

El bikini es un guiño a 1996, de la colección de Chanel de aquel año y ya lo lució la top model Eva Herzigova. El año 1996 es el de pleno éxito de Friends, tanto éxito que a partir de aquello toda la carrera de los seis va hacia abajo. Jennifer se salva del naufragio y a los 53 está en plenitud. En la publicación habla de sus problemas de infertilidad. Ya es mala suerte haber estado casada con el hombre más guapo del planeta, Brad Pitt, y no haber tenido un hijo. Angelina Jolie le hizo media docena, entre biológicos y adoptados. También acabó divorciada. Brad es guapo pero incasable. Aniston mejor sola, o con nuevos novios.

Su pelo, marca de la casa

Shakira tiene las caderas, JLo el culo y Aniston el corte de pelo. A los 53 años no ha cambiado mucho de cómo aparecía en Friends: rubia, ojos azules, cara poco maquillada, fina, divertida, parlanchina y pizpireta. Sobre lo que más se ha escrito de ella es su pelo. Cada temporada cambiaba de corte y causaba tendencia en los EE.UU. Las mujeres iban a la peluquería y decían quiero el corte de Jennifer Aniston. Pero siempre era rubia y de pelo liso. Ni se tiñó ni se rizó. Hasta este verano cuando Aniston aparece en una foto en la playa mostrando su nuevo look y está todavía mejor:

La foto tiene un millón setecientos mil likes, de personas que dicen "Me gusta". Los peluqueros se volverán locos, 1,7M de personas que irán a visitarlos diciendo Quiero el pelo de la nueva Jennifer Aniston. Y es como la antigua Jennifer: encantadora.