Semana horribilis para el periodista Jaime Peñafiel. El primer motivo es bien conocido: su amigo Juan Carlos I se tambalea como nunca, y ya no se siente con fuerzas para defenderle. El segundo es menos conocido, aunque se intuía: los presos políticos independentistas empiezan a salir de la cárcel para trabajar y reincorporarse a la vida pública, que nunca deberían haber abandonado. El veterano cronista se destapa como un unionista 'de tomo y lomo', y dedica un artículo-misiva durísimo contra los represaliados, las autoridades penitenciarias catalanas y el gobierno de Pedro Sánchez. El destinatario del ramalazo, el presidente de la sala del Tribunal Supremo que les condenó apenas de 9 a 13 años: "A su señoría, Manuel Marchena". Agárrense a la silla, que vienen curvas.

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Manuel Marchena EFE

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Car,me Forcadell sale prisión febrero 2020 Foto: Marc Puig

Carme Forcadell / Marc Puig

"Me he sentido humillado y ofendido", dice Peñafiel a Marchena, como nieto de un magistrado de Granada. La ofensa viene por los permisos a Junqueras, Cuixart, Sànchez, Forn, Forcadell, Rull, etcétera, concedidos por la Generalitat y permitidos por el gobierno central: "son delincuentes, condenados por sedición y malversación". Se compadece del juez, que "tuvo que estudiar" mucho durante las sesiones del juicio del 1-O, y que ha visto como la condena "por la que se ganó el respeto y la admiración de muchísimos españoles" ha acabado en una zona de la anatomía del President Quim Torra y Pedro Sánchez: "se han pasado por el forro de los cojones la sentencia que con tanta imparcialiadad y conocimiento jurídico dictó". Pobrecito. Peñafiel lo adopta como nuevo ídolo y se muere por saber sus sentimientos heridos. Con su abuelo no se hubieran atrevido, "terror de abogados defensores de asesinos" y que aplicaba con contundencia el garrote vil. Una máquina de matar abolida en 1978, de las pocas cosas buenas que trajo la Transición. El columnista juega con este método de ejecución y la permisividad que asegura existe con los presos catalanes, a los que querría ver enjaulados por saecula saeculorum, o como mínimo 177 años. "Pobre Urdangarín", añada. Graciosísimo todo.

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Albert Rivera Jaime Peñafiel GTRES

Va, Jaime, tómate una tila, mira el calendario y olvídate de alucinaciones medievales. Dedícate a la monarquía y deja en paz la democracia y la justicia. Nos irá mejor a todos.