En ocasiones como una fiesta por fin de año es cuando a según quién se le ven las miserias morales. Toda la hipocresía y maquillaje que le ponen el resto del año, se van al garete cuando hay cotillón, alguna copita de más y brindis arriba brindis abajo que tira por el suelo todo el decoro y el mantener las apariencias. En ocasiones como una fiesta de fin de año, cuando según quién de las españas derechosas va a un restaurante a dar la bienvenida al nuevo año que acabamos de empezar, es cuando alguien muestra la patita, su verdadera cara, y nos teletransporta a antes del 20 de noviembre de 1975, cuando aquel dictador repugnante con bigotillo todavía coleaba. Y es lo que le acaba de pasar a un miembro destacado del PP, tal como muestra el periodista Jesús Cintora.

322792430 678321980695935 1529417567992508800 n
Jesús Cintora / @jesuscintora

El presentador de TVE ha compartido unas imágenes repugnantes, lamentables y vergonzosas sobre un alto cargo de los populares en Guadalajara, Jaime Celada. Euforia desatada, el himno de la Falange a todo trapo, brazo en alto y unas imágenes abyectas en un restaurante de la ciudad manchega. Un vídeo que corre como la pólvora donde se ve a quién fue alcalde de Cabanillas del Campo entre el 2011 y el 2015, y actual portavoz del PP en este municipio, y miembro de la dirección del PP en Guadalajara. Un vermú de Nochevieja que hace tufo ciertamente de noche vieja, vieja como aquellas noches durante el franquismo donde se llevaba mucho eso de levantar el brazo muy arriba desgañitándose a grito pelao y cantando el Cara al sol.

jaime celada2
Jaime Celada
jaime celada
Jaime Celada, en el centro de las imágenes / PP

Como se puede ver en el vídeo viral compartido por Cintora, se ve el interior del restaurante, con diferentes energúmenos cantando el Cara al sol y con el símbolo fascista del brazo recto. Medio minuto de vídeo donde aparecen una docena de comensales, con poca luz, pero donde se distingue perfectamente que uno de los enloquecidos asistentes es precisamente Celada. La red lo destroza, aunque a muchos no ha cogido por sorpresa la enésima muestra repugnante de recuerdo del pasado por parte de políticos derechosos:

Bienvenidos a 1939. Perdón, bienvenidos al 2023.