La llegada de un nuevo miembro a la familia Pantoja se ve empañada por el distanciamiento irreparable entre madre e hija. Isa Pantoja, conocida públicamente como Isa Pi, está a punto de dar a luz a su segundo hijo, el primero en común con su pareja Asraf Beno. Sin embargo, la felicidad por el nacimiento del bebé contrasta con la frialdad que muestra Isabel Pantoja, quien, según fuentes cercanas a la familia, no tiene intención alguna de acudir al hospital ni de visitar a su hija cuando regrese a casa tras el parto.

Aunque se esperaba que el pequeño naciera este lunes, los plazos podrían extenderse hasta el martes. Pese a la incertidumbre en el calendario, hay una certeza inamovible: la tonadillera ha dejado claro que no formará parte del recibimiento. Un gesto que ha provocado estupor en parte del entorno mediático y que vuelve a poner en primer plano la tensa relación que mantiene con Isa desde hace años.

Isa Pantoja plorant /  Instagram
Isa Pantoja plorant / Instagram

Un silencio que dice más que mil palabras

Isabel Pantoja guarda silencio públicamente, como es habitual en ella, pero en su círculo íntimo no se esconden los motivos. Según ha trascendido, la artista considera que su vínculo con Isa está “roto y sin retorno”. A pesar de algunos tímidos acercamientos en el pasado —como cuando Isa asistió al concierto de su madre en Madrid hace apenas unos meses—, las heridas del pasado parecen seguir abiertas. Isabel no olvida lo que considera traiciones públicas de su hija, entre ellas sus intervenciones en televisión, sus declaraciones en programas del corazón y la publicación de su biografía, donde se detallan episodios complicados de su vida familiar.

En este contexto, el nacimiento del nieto no parece suficiente para propiciar un gesto de reconciliación. Incluso en un momento que se considera sagrado en cualquier familia —el nacimiento de un nuevo ser—, la artista prefiere mantenerse al margen y no alterar el férreo control emocional que ejerce sobre su entorno.

Una familia fragmentada que no encuentra paz

La fractura en el clan Pantoja ya no es novedad. Los vínculos se han ido deteriorando a lo largo de los años, no solo entre Isabel y su hija adoptiva, sino también con su hijo Kiko Rivera. Los intentos de reconciliación han sido superficiales, esporádicos y, en muchos casos, motivados por las cámaras. Pero en la vida privada, las distancias se han mantenido e incluso acentuado.

Kiko Rivera
Kiko Rivera

Isa, que ha sido madre joven y ha crecido bajo el foco mediático, ha tomado el nacimiento de su segundo hijo como una oportunidad para marcar un nuevo rumbo. Consciente del vacío que deja la ausencia de su madre, parece decidida a formar su propia familia sin depender del apellido que la ha hecho famosa.

Mientras tanto, Isabel Pantoja permanece en Cantora, alejada de todo y de todos, aferrada a su mundo, a su música y a su silencio. Un silencio que pesa mucho más en momentos como este, en los que la vida da una nueva oportunidad para sanar. Pero Isabel, al parecer, no está dispuesta a tomarla. Ni hoy, ni mañana.