Dice el refranero español, que seguro que a Fran Rivera le gusta mucho (aunque es muy posible que sólo lo haya "leído" en diagonal), que "cuando un tonto sigue una linde, la linde se acaba y el tonto sigue". Una gran definición de lo que ha hecho el torero para justificar su aberrante reflexión en torno al suicidio de Verònica, cuando dijo aquello de "que las mujeres no envíen estos vídeos, los hombres (y yo soy hombre) no somos capaces de tener un vídeo así y no enseñarlo". Una insensatez que le ha costado el merecido oprobio público, especialmente en redes, haciéndole reaccionar. ¿Cómo? ¿Pidiendo disculpas? ¿Lamentando que no fue capaz de explicarse mejor? Pues "va a ser que no". Rivera es una víctima, su estrategia favorita:  "Ver la realidad es mejor que ver la manipulación". Una profunda reflexión que acompañaba con el mismo vídeo que le había hundido.

Fran Rivera rascandose @f.r.paquirri

@f.r.paquirri

¿Qué pensaba el colaborador de Griso? ¿Qué no habíamos tenido suficiente con la barbaridad? ¿Qué descubriríamos un nuevo significado oculto en su recomendación? ¿Qué todo es culpa de "feminazis" y de otros elementos subversivos? Es escuchar o leer al hijo de Paquirri y tener la sensación de que nos toma por idiotas, sordos y ciegos. Y quizás es así, viendo a la tropa que le ha mostrado su apoyo. Gente que le da las gracias  "por aclararnos cómo la gente quiere manipular las informaciones por diversión o por mala gente", que argumenta que  "se le está dando cera por su figura, no por su palabras", que acusa de "maldaz (sic)" al grupo de intolerantes que se ha escandalizado, o que incluso, le animan en plan Aporellosoeoe: "Ni puto caso a Fran y sigue metiendo caña".

Fran Rivera Gamusino @f.r.paquirri

@f.r.paquirri

A pesar de lo que parezca, afortunadamente no todo está perdido. Si Rivera pensaba que cerraría la polémica y dejaría de ser objeto de críticas, va tan errado como cada vez que verbaliza alguna de sus opiniones.

"La linde", Fran, "la linde". Que se acaba. Y ya sabemos qué pasa después. El refranero es sabio.